Que ésta acción se endereza para dar futuro y bienestar a las nuevas generaciones y de Chiapas y de todo el país, en donde el asunto del hambre es de proporciones significativas y espero que nos unamos para que no nos lacere ésta triste realidad y que le demos esperanza a esas niñas y niños que son del mosaico maravilloso de nuestro país.
Este suceso me recordó que alguna vez en mi clic de conciencia me lastimó el destierro de los paisanos distantes de Chenalhó, pero presentes en mi conciencia y me permití escribirles un pensamiento que se los mandé a través de Rigoberta Menchú y hoy transmito para todos a quienes nos hace clic la conciencia, esforcémonos por acompañarla de nuestra actitud.
Los altos de la conciencia
Por los altos senderos de los viejos caminos los indígenas van pasando; de su comunidad, de su choza se van alejando. Expulsados por otros, que se dicen de razón ¡Qué tanta razón tendrán! si los privan de su techo, de su solar, de su lugar. Los indígenas van pasando, tristes reflejan su desgracia. Estos no tienen partido, solo son de Chenalhó.
Las indígenas van pasando entre llanto, lluvia y lodo, van pariendo el fruto de su ilusión. No hay autoridad que las defienda, ni médico que las atienda. Estas no tienen partido, ni quien les de una oración; solo son de Chenalhó.
¿Dónde están los que pregonan la justicia, la defensa y el amor? las indígenas van pasando de su tierra, de los altos se alejan llevando tristeza y dolor.
Los indígenas van pasando ya dejaron su sendero, su choza, su corazón; ni quien los consuele, ni quien les de una oración. Los indígenas van pasando por los caminos de Dios.
Los altos de la conciencia también sufren su separación.
Enero de 1997
Por su atención a este pensamiento gracias.
A t e n t a m e n t e
Joel Peña Colí