Un equipo de forenses extrajo la víspera un poco de pelo, uñas y dos huesos largos del cadáver del artista, muestras biológicas necesarias para realizar pruebas genéticas por una demanda de paternidad.
Para preservar la intimidad de Dalí y el patrimonio del museo, el proceso de exhumación se hizo de la manera más segura y sin incidentes remarcables, pero el secretario general de la fundación, Lluís Peñuelas, definió el acto como una situación incómoda para la entidad y las muchas personas que quieren al pintor.
De acuerdo con el funcionario, todos los móviles y cámaras de las personas involucradas en el proceso fueron confiscadas, y luego de los exámenes las muestras serán repuestas para preservar la integridad del difunto.
Peñuelas confirmó en conferencia de prensa que la exhumación concluyó casi a las 01:00 de la madrugada de este viernes, hora local, mientras el director de la fundación, Joan Manuel Sevillano, aseguró que la resolución judicial de la española Pilar Abel no está motivada ni tiene ningún tipo de fundamento.
Por su parte, el embalsamador de Dalí, el forense Narcís Bardalet, estalló de emoción durante el proceso al comprobar que el icónico bigote del pintor conservaba su 'clásica postura de las 10 y 10', gracias al tratamiento al cual él sometió al cuerpo cuando murió, en enero de 1989.
Hay que cumplir la ley, declaró el ministro de Educación, Cultura y Deporte de España, Íñigo Méndez de Vigo, no sin antes aclarar que tenía el corazón partido pues le da lástima desenterrar a tan gran artista 28 años después.
