La exposición que forma parte del Año Dual Alemania-México, ofrece el trabajo de quien es considerado como uno de los más destacados artistas de la posguerra en Europa; un paradigma del arte de la segunda mitad del siglo XX.
En rueda de prensa, Marisol Argüelles, curadora de ese espacio museístico, se refirió a Polke, "como uno de esos niños de la guerra, aquellos que nacieron en los años en los que la guerra había estallado".
Dijo que en su trabajo, el artista alemán revela la intención de que eso se repita y en ese sentido, existe una especie de resurgimiento de las artes plásticas, de manera especial, de las disciplinas no verbales, además destacó que a través de las imágenes da cuenta de la producción en masa a la edad de 12 años.
“Es ese ojo que proviene de un lugar en donde el consumo, es mucho más controlado, y comienza a ver de niño, la forma de circulación de imágenes en una sociedad que se propone vivir la vida cotidiana de manera distinta a través del consumo. Y esto Polke lo utiliza a través no del lado político, pero sí es un crítico de su tiempo”, señaló.
En esta serie, el creador aprovechó la sustancia acuosa de la técnica para hacer del goteo y el flujo de pintura el tema mismo de la obra; además, las piezas tienen títulos absurdos que detonan el sentido/sinsentido de aquello que representan y les confiere un acento poético o anarquizante, otro elemento paradigmático del quehacer de Polke.
Para Argüelles, se trata de un artista que trabaja de manera artesanal, "que emplea imágenes que tienen que ver con los medios masivos de producción, incluso en el arte, Polke integra la pintura, hace metáforas de tiempo cuando deja chorrear la pintura con imágenes tomadas a través de periódicos o revistas, integran como el tiempo".
La muestra revela un momento culminante en la trayectoria de Polke en la escena contemporánea y alumno de Joseph Beuys en la Kunstakademie Düsseldorf, donde fundó junto con su condicispulo Gerhard Richter, la tendencia del "realismo capitalista", un antiestilo derivado del pop y contrapunto occidental y consumista del realismo socialista soviético.
“Lo que sucede con Polke, es que fue el mago de la estética del consumismo y aquí, se revela como un hombre sumamente inteligente, una persona que llegó a torcer la imagen del materialismo, pero al mismo tiempo celebra esta forma ingenua que tienen los medios masivos de producción de seducir”, destacó la curadora.
Desde principio de la década de los sesenta, Polke centró su labor en la compleja relación entre la imagen, los medios de comunicación y la realidad cotidiana. Cautivado por la experimentación con los materiales, en sus obras combinó pintura, foto y productos caseros, además de capas superpuestas de pigmentos y veladuras transparentes.
“Sigmar Polke. Música de un origen desconocido” estará abierta hasta el 21 de mayo en el recinto situado en el Bosque de Chapultepec.