La fuerza de los espíritus negros del gospel iluminó al Cenart

Acompañada por el Coro de Jóvenes de la Escuela Superior de Música y el Coro Délicieux, la mezzosoprano Anaïs St. John ofreció anoche un concierto con el que elevó su mensaje por un mundo mejor, donde no haya muros, y la música reuna a las personas como humanidad.

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La víspera, también participó un grupo instrumental, los pianistas Julio Cámara, Hazael Espíndola y Carlos Gutiérrez, y los tenores Aarón Corte y Pedro Sierra, quienes junto con St. John, intérprete de jazz, ópera y teatro musical, ofrecieron un concierto de los que muy pocas veces se presentan en México.

Un público entusiasta, un coro cercano a lo paradisíaco, un grupo de instrumentistas sin tacha en sus ejecuciones, y dos tenores de grandes ligas, enmarcaron la voz elegante, seductora, voraz y versátil de esta cantante nacida en Nueva Orleáns, Estados Unidos, hija del legendario saxofonista Marion Brown.

El programa que los asistentes al Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Cenart) escuchó emocionado una selección de obras emblemáticas de la tradición afroamericana, reunidas en el concierto “#Nowalls gospel, spirituals & jazz”, con el que la mezzosoprano se reafirmó como la enorme intérprete que es.

La presentación en esta ciudad incluyó obras muy conocidas del repertorio calificado como “espirituales negros” como “Oh happy day!”, y “Summertime”, “Deep river”, así como piezas tradicionales del jazz, entre ellas “All that jazz”, “What a wonderful world” y “God bless the child”, entre otras muchas más.

Como se sabe, la música de espirituales negros tiene cualidades para trabajar con coros y a los cantantes les puede llegar a gustar mucho, pues se puede hacer música de forma sincera y genuina rápidamente. Este tipo de música cantada por coros es de la que más gusta al público de todas las nacionalidades del mundo.

En el concierto hubo distintos tipos de colaboración, algunas piezas las interpretaron los coros y Anaïs St. John, otras fueron con una banda jazz y ella, y algunas otras los dos coros juntos, piano, batería y ella como solista, lo que dio variedad en voces e instrumentación a todo el concierto.

Otras obras musicales que se incluyeron en el programa son los espirituales tradicionales “Sometimes I feel like a motherless child”, “The battle of Jericho”, “Hallelujah” de Leonard Cohen, “A child of our time” de Michael Tippet, “Don’t you feel my leg de blue” de Lu Barker y Danny Barker, y “It ain’t necessarily so” de George Gershwin.

Aquiles Morales, director del Coro de la Ciudad de México, conoció a St. John hace poco más de dos años cuando impartió un curso de dirección coral en Italia, y le gustó su voz y forma de cantar. “Cuando empecé a trabajar este concepto le propuse que trabajáramos juntos”, recordó el músico.

Indicó que cantar gospel debe ser de forma entregada y religiosa, y al mismo tiempo profunda. “Este género es difícil de trabajar al ser creado por esclavos negros que tenían una forma de hablar muy particular”, abundó. Fue gente que luchó años por tener igualdad de derechos, y justamente ese es el mensaje del concierto.

Para Morales, en esta música no es difícil sentir y entender de qué se está hablando. “Fue una lucha de lo más profunda porque las personas estuvieran mejor y fueran libres, ya sea en esta vida o a través de la muerte; lo curioso con el gospel, es que a veces uno lee el texto, que es dramático, y el resultado musical es algo alegre”