Sinfónica de Minería celebra 25 años de remodelación del Auditorio Nacional

Con la “Toccata y Fuga en re menor BWV 565”, de Johann Sebastián Bach; “Obertura Solemne 1812”, de Piotr Ilich Tchaikovsky; “Huapango”, de José Pablo Moncayo, y “Carmina Burana”, de Carl Orff, la Orquesta Sinfónica de Minería ofreció anoche un concierto por los 25 años de la remodelación del Auditorio Nacional, en esta capital.

Cerca de 200 artistas, entre músicos, coros y solistas, conmemoraron la transformación arquitectónica del principal recinto para la cultura y los espectáculos en México, uno de los más importantes del mundo según diversos medios especializados.

Bajo el título “25 años de Encuentros. Auditorio Nacional, Centro de Arte y Cultura”, el festejo contó con la participación de la soprano Anabel de la Mora, el tenor Víctor Hernández, el barítono Hugh Rusell, así como el coro EnHarmonia Vocalis, bajo la dirección de Fernando Menéndez.

La velada arrancó con “Toccata y Fuga en re menor BWV 565” de Bach (1685-1756), una de las más famosas del repertorio para órgano y que se ha popularizado en películas, dibujos animados, videojuegos y hasta música de rock.

De la mano del organista Víctor Urbán, dicha pieza, una de las sobresalientes del compositor alemán permitió que los asistentes disfrutaran en todo su esplendor los órganos que posee el Coloso del Paseo de la Reforma.

Enseguida, la Orquesta, bajo la dirección de Carlos Miguel Prieto, hizo sonar “Obertura Solemne 1812 Op 49” del ruso Tchaikovsky (1840-1893).

Al concluir la pieza, el concertista tomó la palabra para felicitar tanto al recinto, como al fallecido Teodoro González de León (1926-2016), uno de los dos arquitectos responsables de la reconstrucción de dicho foro cultural.

“Quiero felicitar al Auditorio y a todas las personas que han sido responsables, de tantas emociones y celebraciones que han traído al país y a la ciudad, empezando por alguien recientemente fallecido, íntimamente ligado con la reconstrucción de este inmueble, es uno de los dos arquitectos encargados de ese proyecto: Don Teodoro González de León, fallecido hace dos semanas”, segundos después, la lluvia de aplausos se hizo presente por espacio de unos segundos.

Carlos Miguel Prieto agradeció al Auditorio Nacional porque se invite en especial, a orquestas sinfónicas, “porque nos permite llegar a un público tan numeroso como ustedes; pues aquí entre ustedes hay muchas veces el tamaño de otros recintos en los que tocamos con frecuencia”.

La velada cerró su primera parte con el que es considerado el segundo himno de México, el “Huapango”, de José Pablo Moncayo (1912-1958), una pieza que erizó la piel de muchos de los asistentes.

La segunda mitad y cierre del recital se pudo escuchar la cantata escénica “Carmina Burana”, de Carl Orff (1895-1992), que fue un agasajo en la voz de los bel cantantes invitados.

 

Fuente: Notimex