Marcelo Odebrecht, condenado a más de 19 años de cárcel por sus prácticas de corrupción a cambio de obtener privilegios en licitaciones públicas y que fueron desvelada por la Operación Lava Jato, será interrogado el próximo 1 de marzo por el Tribunal Superior Electoral (TSE).
El TSE investiga si la campaña conjunta de Temer y la destituida presidenta brasileña Dilma Rousseff en 2014 recibió fondos ilícitos.
El tribunal indaga desde octubre de 2015 si se usó dinero ilícito, procedente de la corrupción destapada por Lava Jato, para pagar la campaña presidencial de los entonces aliados políticos (Temer y Rousseff), lo que de confirmarse permitiría a la Justicia nada menos que anular el mandato del actual jefe de Estado.
No hay un plazo previsto para juzgar las cuentas, aunque la declaración de Marcelo Odebrecht al TSE podría suponer un momento clave para reactivar la crisis política que vive el país sudamericano desde prácticamente inicios de 2015.
En caso de la anulación del mandato de Temer, en el poder desde mayo de 2016, cuando Rousseff fue destituida por juicio político, sería la Cámara Baja quien eligiera de forma colegiada al próximo presidente de Brasil, en unas elecciones indirectas transitorias hasta la celebración de comicios presidenciales a finales de 2018.
La declaración de Marcelo Odebrecht –durante años uno de los empresarios más influyentes de Brasil- se producirá en plena erupción de escándalos en buena parte de América Latina por las comisiones y donaciones a campañas políticas que la constructora habría pagado a cambio de ser beneficaida con la atribución de obras públicas.
Condenado por la Justicia, Marcelo aceptó –tras una larga negociación- ser un confidente de la policía junto a 77 ejecutivos de su empresa, quienes revelaron a la fiscalía brasileña los detalles de las prácticas corruptas que la constructora practicó durante años con las altas esferas del mundo de la política.
Las confesiones de los 77 ejecutivos, está bajo secreto de sumario, pero algunas filtraciones apuntan a que “la confesión del fin del mundo”, como se la conoce en Brasil, implicará a decenas de ministros, senadores y congresistas como partícipes o beneficiarios de la trama para pagar comisiones a cambio de fraudes en la adjudicación de licitaciones.