El edificio, ubicado al oeste de Londres y en el que vivían alrededor de 600 familias, se incendió con rapidez porque, al parecer, el inmueble estaba cubierto con un material que contenía polietileno.
Hammond señaló su comprensión de que el revestimiento en cuestión, era inflamable y está vedado en Europa y Estados Unidos, por lo tanto en el Reino Unido también.
El titular indicó que la investigación sobre la tragedia, en la que al menos 58 personas desaparecidas son dadas por muertas, deberá determinar si se violaron las reglamentaciones cuando se colocó el revestimiento.
Insistió en que existen dos asuntos separados, y se preguntó si las regulaciones británicas son correctas y permiten los materiales adecuados, o se prohíben los materiales incorrectos.
Tras reunirse el sábado con víctimas y voluntarios, la primera ministra británica, Theresa May, dispuso el envío de funcionarios al Ayuntamiento de Kensington y Chelsea, distrito al que pertenece la torre.
Esa encomienda busca ayudar a los damnificados, en su mayoría personas con pocos recursos y que vivían en apartamentos de protección oficial.
Los vecinos criticaron al gobierno por la falta de respuestas concretas a los residentes que se quedaron sin hogar, y que son atendidos en el barrio por cientos de voluntarios, gracias a las donaciones recibidas de la población.
