La visita del líder religioso se realizará del 6 al 10 de septiembre, justo cuando se cumplirán 10 meses de la firma del Acuerdo de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y cinco meses después de la última entrega de las armas del grupo insurgente a la misión de Naciones Unidas.
El Papa Francisco, desde que inició su misión como máximo jerarca de la Iglesia católica en el mundo, apostó por apoyar una salida política negociada a la guerra de 52 años en Colombia, que dejó miles de muertos, millones de desplazados y centenares de desaparecidos.
Será una visita para enviar a los colombianos mensajes que irán desde lo político, pasando por la importancia de la paz, el perdón y la reconciliación, así como la evocación a las luchas de liberación de los negros esclavos en América.
Los sitios en donde estará el Papa Francisco encierran una simbología para cada uno de los mensajes que dará a todos los creyentes y no creyentes.
La gira por Colombia arranca en Bogotá, donde se concentran los poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), así como las autoridades religiosas, seguirá Villavicencio, una pequeña ciudad intermedia, a dos horas por tierra y 15 minutos por vía aérea desde Bogotá.
Según el cardenal colombiano y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), Rubén Salazar, en Bogotá estará por ser además de centro político, la sede cardenalicia del país, y Villavicencio simboliza la violencia en las regiones.
Villavicencio es la capital del departamento del Meta, una de las regiones más afectadas por la violencia política de los últimos 52 años y con toda seguridad, en este lugar Francisco enviará los más claros y contundentes mensajes de perdón y reconciliación.
Pero desde Villavicencio -lo dijo recientemente el cardenal Salazar- el Papa Francisco enviará importantes mensajes de defensa del medio ambiente, ya que esta zona del suroriente colombiano está cerca de la Amazonía, un verdadero pulmón de la humanidad que está en peligro.
La tercera ciudad es Medellín, capital del departamento de Antioquia, una de las regiones con mayor arraigo del catolicismo, una ciudad donde la Iglesia católica tiene un importante trabajo pastoral en las barriadas.
Medellín fue la meca en Colombia del movimiento de la Teología de la Liberación en las décadas de 1960 y 1970, una corriente que está muy cercana al pensamiento de Francisco, antes y durante su pontificado.
Cartagena de Indias, la ciudad por donde entraron los esclavos negros desde África, tiene una importancia para el Papa, por ser allí donde se instaló San Pedro Claver, el gran defensor de los derechos humanos de los esclavos.
Los cuatros lugares seleccionados para la visita de Francisco en Colombia son escenarios que resumen el pasado lejano y reciente, el presente y el futuro de los colombianos, que siguen fragmentados entre los que están dispuestos a perdonar y los que aún añoran la violencia o la salida militar en la resolución del conflicto.
La visita de Francisco será la tercera de un pontífice a Colombia luego de Pablo VI en 1968 y Juan Pablo II en 1986, estos dos últimos visitaron el país en guerra, y en septiembre llegará Francisco a un país que está en proceso de consolidación de una paz que es parcial.
Y cuando se afirma que es parcial, es porque aún falta llegar a un acuerdo de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), cuyas negociaciones empezaron de forma oficial y pública en febrero pasado en Ecuador.
Un proceso que es más lento y complicado que el de las FARC, que duró seis años en La Habana, Cuba.
El ELN, a pesar de ser una guerrilla pequeña en número de combatientes, es un grupo muy activo con sus células urbanas y frentes rurales.
¿Qué tanto puede influir la visita del Papa Francisco para que el ELN acelere las negociaciones con el gobierno colombiano?, es una pregunta difícil de responder si se tiene en cuenta que esta es una organización con fuerte arraigo en sus filas de creyentes católicos, pero también es cierto que su comandancia es muy radical.
En las filas del ELN estuvo el cura Camilo Torres (1929-1966) que cambió la sotana por el fusil, pero que en febrero de 1966, un años después de ingresar, fue abatido por el ejército.
El otro sacerdote que llegó a ser su máximo comandante, fue el español Manuel Pérez ( 1943-1998), quien murió enfermo en las montañas del nororiente de Colombia. Para 1989 los organismos de inteligencia aseguraron que en las filas del ELN estaban al menos 30 sacerdotes, 19 de ellos de origen español.
En este contexto de la visita de Francisco a Colombia, el presidente Juan Manuel Santos, y premio Nobel de Paz 2016, afirmó que "su santidad nos dio coraje, nos dio impulso, nos incitó a todos los colombianos a perseverar en la búsqueda de la paz”.
Para el mandatario, el Papa Francisco llega a Colombia “en un momento único de nuestra nación para invitarnos -como siempre lo ha hecho- a la unión, a la reconciliación, al perdón y, sobre todo, al encuentro”.