Disminuye población del pepino de mar

Las poblaciones de pepino de mar (Isostichopus fuscus) en Baja California han disminuido drásticamente en los últimos 10 años, tanto que actualmente se calcula una densidad poblacional 10 veces menor que la que había en 2007.

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Estudios realizados por el doctor Luis Eduardo Calderón Aguilera, investigador del Departamento de Ecología Marina del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), evidencian que en 2007 las densidades del pepino de mar oscilaban entre los 0.25 y 0.56 individuos por metro cuadrado.

Su más reciente investigación, desarrollada con financiamiento del Fondo Sectorial de Investigación en Materias Agrícola, Pecuaria, Acuacultura, Agrobiotecnología y Recursos Fitogenéticos del fideicomiso Sagarpa-Conacyt, arroja que las densidades de la especie se han reducido a 0.07 individuos por metro cuadrado, es decir, que por cada 100 metros cuadrados hay únicamente siete organismos.

Debido a ello, el pepino de mar se encuentra en la NOM-059-SEMARNAT-2010 con carácter de especie sujeta a protección especial y su aprovechamiento es regulado por la Dirección General de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Debido a que se mantiene bajo protección especial, los permisionarios requieren presentar evaluaciones de la población para obtener cuotas de aprovechamiento.

Mientras tanto, instituciones de investigación científica colaboran para impulsar la producción del pepino de mar por medio de técnicas de acuacultura con las que se pueda reorientar su comercialización y permitir que las poblaciones naturales se recuperen.

Muestreos en los litorales de Baja California

El proyecto Evaluación de la biología y dinámica de población del pepino de mar (Isostichopus fuscus L.) y diseño de áreas de reproducción y explotación comercial en el estado de Baja California fue emprendido por el doctor Luis Calderón en octubre de 2014.En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el investigador del CICESE explicó que en los primeros dos años de la investigación se han abocado a la realización de muestreos a lo largo del litoral de Baja California, desde San Luis Gonzaga hasta el paralelo 28, incluyendo islas, islotes y el Archipiélago de San Lorenzo.

“Lo que hacemos es usar una metodología conocida como transecto de banda, que es un flexómetro de 25 metros de largo y un buzo va contando y recolectando los pepinos que se encuentran a un metro a cada lado de esta línea y en cada uno de los transectos se cubre un área de 50 metros cuadrados”, expuso.

Indicó que las mediciones se hacen a tres profundidades: máxima, intermedia y somera, lo que corresponde a 30, 20 y 10 metros de profundidad, respectivamente.

“Eso lo hacemos en cada uno de los sitios, tenemos 320 sitios o puntos de muestreo en todo el litoral, obtenemos los pepinos, los pesamos, los medimos y los volvemos a colocar exactamente donde estaban para no afectar la población”, precisó el investigador.

Análisis genético y reproductivo

Además de evaluar la población del pepino de mar en Baja California, la investigación del doctor Luis Calderón tiene por objetivo realizar análisis genético y reproductivo de los organismos, estudios que aportan datos para su conservación.

Para ello, durante el primer año de la investigación se tomaron muestras destinadas para análisis genético y a lo largo de los dos años del estudio se han tomado muestras para realizar análisis reproductivo.

Luis Calderón detalló que para el análisis genético solamente se requiere tomar muestras de tres milímetros del organismo, de donde se obtiene el ADN.

En el caso del análisis reproductivo, implica sacrificar 30 organismos en cada expedición mensual para conservar las gónadas.

“Hay un proceso histológico de inclusión en parafina y corte y observación al microscopio para ver su grado de madurez. Con su grado de madurez nosotros podemos determinar el periodo reproductivo y sugerir por ejemplo, vedas o temporadas en las que no se pesque para no afectar el stock reproductivo del pepino de mar”, abundó.

Maricultivo, la propuesta

Aunque la expectativa de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) respecto a la investigación, es contar con los datos suficientes para cambiar el estatus del pepino de mar y que su regulación sea a través de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), los resultados apuntan a que no será posible.

Luis Calderón Aguilera dejó en claro que no solo no es posible cambiar el estatus de especie protegida que tiene la Semarnat sobre el pepino de mar, sino que se sugerirá que las cuotas de aprovechamiento se restrinjan a lo mínimo posible y, en su lugar, se fomente la creación de estructuras para su maricultivo.

“Ya identificamos sitios para el maricultivo, porque en adelante lo único que será posible es el maricultivo de esta especie; en colaboración con la UABCS ya se tiene desarrollada la biotecnia para la producción de semilla de pepino de mar, se producen en La Paz y se van a sembrar en sitios que ya identificamos por sus condiciones oceanográficas, características de sustratos, accesibilidad y posibilidad de protección”, subrayó.

Por su parte, el delegado de la Semarnat en Baja California, Alfonso Blancafort Camarena, consideró que el mejor esfuerzo que se puede pensar es apostarle a la acuacultura para seguir aprovechando el pepino de mar como recurso en vida silvestre.

“Sin duda es muy atractivo para algunos mercados, pero si tenemos la intención de cuidar el recurso, tenemos que apoyar otras actividades como la acuacultura, que permite el aprovechamiento de un recurso sin impactarlo de forma tan drástica como se ha venido haciendo hasta ahorita”, declaró en entrevista.

Colaboración Semarnat-academia

El delegado de la Semarnat en Baja California manifestó que como una estrategia de conservación, las tasas de aprovechamiento del pepino de mar se redujeron el año pasado y para tomar este tipo de decisiones se consideran los resultados de investigaciones como la realizada por el CICESE.

“Todo debe llevar un sustento científico y es lo que estamos tratando mediante el acercamiento con instituciones académicas y con los permisionarios que están aprovechando el recurso”, afirmó.

Comunicó que, en conjunto con investigadores y permisionarios, se busca definir una metodología uniforme para los estudios de población y el análisis de los datos que resultan de las evaluaciones.

“Lo que queremos es que con la experiencia de quien aprovecha el recurso, pero también con la experiencia que tiene el sector académico, permitan a la autoridad tener más elementos para la toma de decisiones”, concluyó.

Fuente: Conacyt