Jóvenes, población más afectada por patologías derivadas del ruido

Los jóvenes son el sector más afectado ante el desarrollo de la tecnología, como el uso de dispositivos móviles y los audífonos, aunado a los ruidos cotidianos de la calle y las industrias a los que la población está cada vez más expuesta, con niveles por arriba de los 86 decibeles, límite permitido para el oído humano.

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En este contexto, cada año, el último miércoles de abril se conmemora el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, informó Coral García Serrano, especialista en Otorrinolaringología en el Hospital General Regional “Manuel Ávila Camacho” San Alejandro del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla.

Este día, dijo, "vamos hacer conciencia para evitar la exposición tanto a ruidos industriales, ruidos laborales, y lo más importante evitar que los niños estén expuestos a muchas horas en el día al uso de los audífonos en sus dispositivos móviles”.

La especialista comentó que si la población se expone a ruidos de más de 86 decibeles por ocho horas todos los días, debe haber un descanso auditivo. Si se expone a más de 90 decibeles, solo se tiene permitido estar a cuatro horas expuesto al ruido; si se está a más de 92 decibeles, solo se permite la exposición a dos horas.

“Si estamos a una exposición de 120 decibeles, que es el ruido equivalente al despegue de un avión, solo tenemos permitido estar a una exposición de 15 segundos, de lo contrario estamos en riesgo de dañar nuestro sentido del oído, y pasar de una hipoagucia a una sordera severa”, comentó.

Los jóvenes, apuntó, son la población que actualmente presenta daños en el sentido del oído por la alta exposición al ruido, no así las personas de la tercera edad que es propio de su deterioro físico y degenerativo.

Lo permitido es que niños y jóvenes hagan uso de los audífonos durante unos 30 minutos al día, no solo por el ruido, sino por las ondas electromagnéticas que ocasiona la radiofrecuencia y que genera un calentamiento en la parte del oído y cerebro, refirió.

Reconoció que no hay cifras precisas sobre los jóvenes con problemas en el oído porque no acuden al médico, pero de acuerdo a la población estudiada por el IMSS se sabe que de 10 jóvenes tres; de 15 a 35 años de edad, por lo menos, presentan una caída en los niveles de audición y que de no tratarse a tiempo puede derivar en la pérdida total del sentido del oído.

Quienes presentan daños en el sentido del oído, explicó, coinciden en síntomas como oír pero no entender las palabras, pititos en el oído, zumbidos cuando se está en silencio, dolor local en los mismos o en toda la cabeza.

Así como estrés, problemas de fatiga laboral y alteraciones en el ritmo de sueño, fatiga durante el día, incluso problemas de tipo cardiovascular e intestinal y cerebral, entre otros.

García Serrano también mencionó que las afectaciones en el oído pueden ser temporales o permanentes; incluso ser ocasionadas por automedicación, pero desafortunadamente en la mayoría de los casos los pacientes acuden con los especialistas cuando el daño es irreversible.

En este sentido, Aldo Aguilar,  un joven de 30 años que logró atenderse a tiempo, po lo que el daño que tiene en su oído es solo temporal, comentó que se ayuda con medicamentos, terapia y un auxiliar para escuchar mejor, de manera más clara y nítida.

En entrevista relató que durante 10 años trabajó para una empresa proveedora de una planta automotriz en Puebla, sin que tomara conciencia que el ruido constante al que estaba expuesto todos los días le perjudicaría su sentido del oído.

El golpeteo de los troqueles, el sonido que emiten las bombas trabajando, los ruidos del vaivén de las máquinas y el murmullo de los trabajadores al que se expuso por más de ocho horas diarias durante 10 años, fue el cóctel idóneo para que manifestara las primeras molestias como dolor de cabeza, mareos, zumbidos fuertes cuando todo estaba en silencio, pérdida de sueño, irritabilidad hasta que comenzó a perder la audición, refirió.

“Durante un tiempo no le tomé tanta importancia a los síntomas, nunca me imaginé que fuera alguna enfermedad en el oído, hasta que mis familiares y amigos me hacían notar que me tenían que repetir las palabras porque ya no escuchaba bien; fue entonces que decidí atenderme”, comentó.

Aldo después de dos meses de molestias se sometió a pruebas de audiometría en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla, donde le diagnosticaron Trauma Acústico.

Ahí, las primeras recomendaciones fueron que bajara el volumen de los audífonos de su celular, usar tapones para proteger su odio, y ejercicios como inflar globos, abrir y cerrar la boca de manera exagerada; incluso él decidió cambiarse de trabajo para tener una mejoría en su salud, comentó.

“Al principio me daba pena que me vieran con un aparato auricular, creo que por prejuicios pensaba que se iban a burlar, pero me explicaron que si no me trataba a tiempo corría el riesgo de perder totalmente la audición”, mencionó.

En tanto, María del Pilar Pérez García, licenciada en Audiología y Audioprótesista, recomendó no comprar los equipos auxiliares auditivos que se anuncian en la televisión o centros comerciales sin antes acudir al médico.

Refirió que hay traumas acústicos que pueden atenderse con auxiliares que permiten enmascarar el zumbido permanente en el oído, también hay auxiliares muy pequeños y discretos para la vista, y hay también de precios que van desde los 13 mil pesos hasta 27 mil pesos, pero todos éstos deben ser recomendados por un especialista y de acuerdo a las condiciones de cada paciente.

Los auxiliares, comentó, se hacen a la medida, son de material lavable, y algunos con diseños que son atractivos para la población infantil porque pueden pegarle figuras de sus personajes favoritos, equipo de futbol o princesas de películas.

El especialista recomendó no abusar del uso del celular, no usar por más de 30 minutos al día los audífonos, evitar la exposición a sonidos fuertes en el área laboral, en el hogar o en la calle.

Además de evitar permanecer por mucho tiempo escuchando música, ya sea en conciertos, o en las salas de cine, incluso aislar las ventadas del ruido de la calle, entre otras medidas.

“Muchas veces el zumbido, las molestias que hay en nuestros oídos, se vuelven molestos y hasta incapacitante; no nos deja laborar, no nos deja concentrarnos, no nos deja avanzar en nuestra actividades y esto nos desgasta”, concluyó la doctora Coral García.

Fuente: Notimex