¿Cómo ha cambiado la fabricación de un coche en los últimos 25 años?

“Cuando pisé por primera vez la planta de Martorell, tenía tan solo 18 años y recuerdo que justo habían pasado los Juegos Olímpicos de Barcelona. Yo era aprendiz y había mucha expectación entre los compañeros: todo era nuevo y se decía que aquella era la fábrica más moderna de Europa”. Estas son las impresiones de Juan Pérez, actual responsable del equipo de Procesos Prensas, cuando entró hace 25 años en la fábrica de Seat en Martorell. Tanto él como su compañero Victor Manuel Díaz, responsable de Trabajo en Equipo, Estandarización y Shopfloor Management, han sido testigos de los cambios históricos de la planta a lo largo de un cuarto de siglo:

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-Una fábrica gigante como un laboratorio: “Me dieron un mono de color teja que ya no se lleva y entré en Chapistería con mucho respeto. Estaba todo tan limpio que parecía un laboratorio”, recuerda Juan Pérez. Para Victor Manuel, que empezó con 20 años en el taller 8 de Montaje, aquella primera imagen de la fábrica es imborrable: “Me pareció enorme y tenía mucha luz. Los coches subían y bajaban por ascensores. Nunca había visto nada igual”, relata. Si bien la planta de Martorell ya nació con 404,000m², a lo largo de los años se ha ido ampliando hasta ocupar 2,800,000 m², el equivalente a 400 campos de fútbol.

-Mi primer coche pasó por mis manos: Martorell arrancó en 1993 con la segunda generación del Ibiza y el Córdoba, unos modelos que tanto Victor Manuel como Juan Pérez ayudaron a fabricar. Ambos tuvieron un flechazo al verlos: “Recuerdo perfectamente el Seat Córdoba. Fue el primer coche de mi vida. Pasaba cada día por mis manos y enseguida me enamoró”, explica Víctor Manuel. Para Juan, “aquel Ibiza de color azul marino se convirtió en mi compañero de aventuras. Me acababa de sacar el carnet. Siempre le tendré un cariño especial”. A lo largo de 25 años, en la misma planta se han llegado a fabricar 39 modelos distintos y algunos, como el Ibiza, ya cuentan con cinco generaciones.

-Cuando los operarios andaban 10 kilómetros al día: Aquella fábrica era como un laberinto para los trabajadores: “Cuando me tenía que ir a casa, no encontraba los vestuarios. Era muy habitual perderse”, recuerda Juan Pérez. “En aquel laberinto podíamos llegar a andar 10 kilómetros al día. Los trabajadores nos desplazábamos mucho más que ahora”, compara Víctor Manuel. Actualmente, los empleados conviven con 125 vehículos guiados automáticamente -AGV-, que se encargan de transportar 23,800 piezas al día hasta la línea a través de carriles invisibles por toda la fábrica.

-Los robots, aliados de los trabajadores: En 1993 había 6,000 trabajadores en la fábrica de Martorell, mientras que ahora se han doblado. Los 12,000 empleados actuales comparten los talleres con más de 2,000 robots, que se ocupan de ensamblar la estructura del coche y suponen alrededor del 10 por ciento de los robots industriales que hay en España. “En aquella época montábamos manualmente los cristales de los coches entre dos personas. Eran muy pesados y aparatosos. Actualmente lo hace un robot y nosotros hacemos trabajos más llevaderos”, explica Juan Pérez.

-Del pesado taburete a la silla ergonómica: Tras 25 años, una de las grandes evoluciones ha sido la mejora en la ergonomía de los trabajadores. Víctor Manuel Díaz relata este cambio: “Antiguamente tenías que cogerte un taburete pesado y meterte con él dentro del coche para montar los interiores, lo que no resultaba muy cómodo para los operarios”. Actualmente, unas sillas ergonómicas llamadas ‘Raku Raku’ facilitan el trabajo del operario, que puede acceder al interior del coche sentado y tener los materiales al alcance de la mano.

-De 60 a 16 horas para crear un nuevo coche: 84 robots aplican finas capas de pintura en una cabina y un escáner de última generación revisa la uniformidad de la superficie en tan sólo 43 segundos. La producción actual, digitalizada y conectada, permite fabricar 2,300 coches al día, una cifra que se reducía a 1,500 hace 25 años. Actualmente sale de la fábrica un modelo cada 40 segundos. Realidad virtual, impresión 3D o realidad aumentada, son otros de los avances que han aparecido con la llegada de la Indústria 4.0.

-La fábrica, mi segunda casa: A lo largo de un cuarto de siglo, en la planta de Martorell se han producido casi 10 millones de coches, que actualmente se exportan a 80 países. Juan Pérez describe así este cuarto de siglo: “Donde antes habían solares ahora hay un parque logístico con varias empresas y hasta una urbanización. Nunca hubiera imaginado que ahora tendríamos 10.5km de raíles de trenes, 51 líneas de autobuses. Esta fábrica es el sitio donde he pasado más tiempo en mi vida, donde he conocido a mi mujer y a grandes amigos. Es mi segunda casa”, sentencia Juan Pérez, emocionado.