El Estado francés tendrá un representante con voto en el Consejo de PSA

El Estado francés tendrá un representante en el Consejo de Administración de PSA Peugeot Citroen con derecho de voto, y también lo tendrán los trabajadores, dentro de las condiciones de la garantía pública a la filial financiera del grupo automovilístico.

El gobierno francés anunció también hoy, en un comunicado con los detalles del plan de ayuda a Banque PSA Finance, que el fabricante automovilístico va a atribuir a la planta de Rennes, al noroeste del país, el vehículo que sustituya al Citroen C5 que se fabrica allí.

La empresa, además, se comprometió a no distribuir dividendos, no realizar compras de títulos propios, a no otorgar a sus directivos opciones sobre acciones, ni acciones gratuitas hasta finales de 2015, durante el periodo en que el Estado ofrecerá su garantía para financiar hasta 7.000 millones de euros con los que PSA pueda dar créditos a quienes compran sus vehículos.

Se pondrá en marcha "un comité de seguimiento de la garantía" estatal, con representantes de los poderes públicos y del fabricante, para llevar a cabo una evaluación "de forma regular de la evolución" de la empresa y de su filial bancaria, así como de las "perspectivas".

Ese comité será un filtro que tendrá que dar su visto bueno a "cualquier operación que afecte al control o al perímetro del grupo y de sus principales filiales, así como a las evoluciones significativas de sus actividades".

En cuanto al administrador nombrado por el gobierno, entrará en el Consejo del grupo antes incluso de que este órgano se renueve en la próxima Asamblea General, formará parte igualmente del comité estratégico" y "tendrá vocación a desempeñar un papel particular en el consejo de vigilancia".

La compañía se comprometió igualmente a "buscar de forma permanente el mantenimiento de una actividad suficiente para garantizar cada uno de sus plantas de producción y de sus centros de investigación en Francia".

El Ejecutivo indicó en el comunicado que sigue "particularmente atento al futuro de los asalariados de PSA", coincidiendo con el inicio de las discusiones sobre el plan de reestructuración anunciado por la compañía en julio, para suprimir 8,000 empleos en Francia y cerrar la factoría de Aulnay-sous-Bois, en la periferia norte de París.

En concreto, los Ministerios de Finanzas y de la Reconstrucción Productiva indicaron que velarán por que PSA cumpla "su compromiso de encontrar una solución de empleo para cada empleado".

Esta mañana se celebraba en París una reunión de la dirección de la empresa con 38 representantes de los trabajadores de toda Europa, entre los que había cuatro de los centros españoles -dos de la planta de Madrid y otros dos de la de Vigo-.

Los temas principales de ese encuentro son la alianza con General Motors, la reestructuración presentada en julio, los resultados de la empresa (hoy se dio a conocer la facturación de los nueve primeros meses) y la cesión de la filial logística Gefco al operador ferroviario ruso.