El lavado de autos: Interior del Museo Mercedes-Benz

Ciento sesenta vehículos y un total de 1.500 objetos expuestos se presentan en la variada exposición permanente del Museo Mercedes-Benz.

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Los “33 Extras” son un punto culminante particular: pueden dar vida a la historia de la movilidad personal y la cultura del motor utilizando detalles que a menudo son sorprendentes. La serie de boletines del Mercedes-Benz Museum Inside llama la atención sobre los “33 extras” y se centra en sus antecedentes. La edición de hoy trata sobre lavados de autos y la tecnología asociada.

20/33: El lavado de autos

Todo impecable: cualquiera que valore su automóvil no solo lo conduce, sino que también lo cuida, tanto la carrocería como el interior. Hay numerosas herramientas disponibles para lavar y limpiar automóviles, entre ellas el "plumeau spécial pour automobiles", uno de los "33 Extras" de la exposición permanente del Museo Mercedes-Benz. Este plumero de plumas de avestruz se utilizó a principios del siglo XX para eliminar suavemente el polvo. El polvo se acumulaba en el acabado de la pintura cuando el automóvil pasaba por carreteras que a menudo no estaban pavimentadas en esos días. Una característica práctica era que el mango de madera se podía desenroscar, lo que hacía que el implemento fuera lo suficientemente pequeño como para guardarlo en un rollo de cartón.

Ritual: Lavar el coche con una esponja y agua ayuda a eliminar la suciedad rebelde. En la República Federal de Alemania, esta actividad se convirtió en un verdadero ritual, especialmente en la década de 1960. Después del “milagro económico” de la década de 1950, cada vez más personas pudieron cumplir su sueño de tener su propio automóvil. Esto no solo cambió la movilidad individual, sino que también hizo que la gente se sintiera orgullosa de su nueva posesión. Los sábados por la tarde, el automóvil se lavaba cuidadosamente a mano y se pulía a un alto brillo. El ritual se consideró perfecto si se acompañaba de una cobertura de fútbol en la radio del automóvil.

El principio de la cinta transportadora: En los Estados Unidos de América, la motorización masiva comenzó antes que en Europa, y fue aquí donde se construyeron las primeras instalaciones de lavado de coches. Se considera que los iniciadores de esta idea son Frank McCormick y J. W. Hinkle. Abrieron su primer lavado de autos en 1914 en Detroit, Motor City. Observaron el principio tal como se utilizaba para las líneas de montaje en la industria de fabricación de automóviles: una clara división del trabajo entre diferentes estaciones a lo largo de una línea de producción. Sin embargo, el sistema aún no incluía acciones mecánicas. En cambio, los empleados empujaron los vehículos a través de la instalación donde los pasos de trabajo individuales también se llevaron a cabo manualmente.

Automatización: Hoy en día, los sistemas mecánicos de lavado de autos se han consolidado. En 1962, los inventores alemanes Johann Sulzberger y Gebhard Weigele solicitaron una patente para un “túnel de lavado automático para vehículos de motor”. La tecnología de limpieza involucró dos cepillos giratorios sobre rieles que giran alrededor del automóvil. Los sistemas de lavado de coches basados ​​en el mismo principio todavía existen en las instalaciones modernas. Sin embargo, ya no usan cerdas. En cambio, adoptan un enfoque más suave utilizando tiras textiles o de espuma.