Más nieve imposible en el Rallye Monte Carlo

El Rallye Monte Carlo 2019 está siendo una edición especialmente dura por culpa de la climatología. La lluvia constante en las zonas bajas hace que el piso sea deslizante, pero en altura, a primera hora de la mañana hace que los pilotos se encuentren con mucho hielo y también nieve, carreteras completamente cubiertas de un denso manto blanco en las que apenas unas ligeras roderas orientan a los pilotos. En esta situación los neumáticos Burzet con tacos son casi imprescindibles para poder evolucionar, y lo normal es que todos los equipos penalicen por defecto en sus medias de velocidad, porque en muchas zonas es prácticamente imposible cumplir la media adjudicada.

Por desgracia, el equipo Seat Coches Históricos solo tiene ya dos efectivos en competencia porque el Seat 127 ha tenido que abandonar. Fue en el segundo tramo de la primera jornada. Jaime Hernández estaba entre los mejores de su categoría, aún adaptándose a la conducción del pequeño Seat pero muy confiado en lo que venía por delante, porque la nieve y el hielo son los principales aliados para un coche tan ligero. Pero la fortuna no estuvo de su lado y la rotura del embrague dejó al pequeño Seat parado en uno de los puntos más alejados del recorrido, y aunque los mecánicos de Seat Coches Históricos volvieron a hacer magia y sustituyeron el embrague en menos de una hora, el coche llegó fuera del plazo máximo que exige la organización y tuvo que retirarse. Una lástima, pero ahora el equipo formado por Jaime Hernández y Anna Vives siguen adelante haciendo de “ouvriers” para los pilotos que siguen en carrera.

Los problemas continuaron ocupando de más a los integrantes del equipo Seat Coches Históricos, en este caso al 1430 pilotado por Josep Viaplana, un 1430 que este año está de aniversario por si cincuenta cumpleaños. Viaplana había cubierto los dos primeros tramos de forma magistral y era el mejor Seat y uno de los mejores equipos españoles antes de llegar al tramo tres, en el que se encontró de frente con un todoterreno y al apartarse para poder continuar con la carretera llena de nieve cayó a la zanja lateral. Hasta ese momento los parciales del equipo eran excelentes, pero la mala suerte hizo que no fuese fácil sacar el coche de allí. Invirtieron en la maniobra, ayudados por el mismo todoterreno, más de quince minutos, lo que le supuso una penalización importante y ahora marchan en puestos más retrasados.

Los problemas no afectaron a Salvador Cañellas y Eloi Alsina. El equipo del legendario 124 (réplica perfecta de aquel de 1977), continuó mejorando y en las peores circunstancias salió a relucir la destreza de un maestro del volante como Cañellas.

“Una pena que hayan anulado los tramos porque hoy todo iba muy bien”, nos decía Salvador Cañellas. “Pero había muchísima nieve… La verdad es que para mí competir así es un poco desconcertante porque yo he hecho lo mismo que ayer, pilotar lo mejor posible respetando lo que me marca el aparato que me dice la media de velocidad, el Blunik, y hacer caso siempre al copiloto. Ayer no me fue bien y hoy mucho mejor. Creo que la diferencia reside en que el copiloto puede ir haciendo un tipo de correcciones sobre el desarrollo del recorrido. Bueno, seguiremos así y a ver si seguimos mejorando”.