Buscan detectar genes y hormonas clave en el desarrollo de frutos

Un estudio busca identificar los genes y las hormonas vegetales decisivas en el crecimiento de los frutos, lo que podría traer beneficios en los alimentos de consumo humano, informó la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

En un comunicado, la academia indicó que los investigadores exploran los factores de transcripción, proteínas y genes involucrados en la formación del gineceo de la planta Arabidopsis thaliana, para conocer cómo se desarrolla el fruto.

El doctor del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Stefan de Folter, reveló que encontraron un circuito que regula dos hormonas vegetales, las auxinas y las citocininas, las cuales participan en el desarrollo del fruto.

“Pensamos que las citocininas tienen que ver con el número de semillas en el fruto y su tamaño. El gineceo, también conocido como pistilo, se convierte en el fruto de la planta, por lo que conocer la interacción entre la auxina y la citocinina es crucial para el desarrollo de las plantas en este órgano”, explicó.

“Queremos entender cómo actúan durante sus distintas etapas de desarrollo, cómo es que modulan las funciones de los genes y aclarar qué papel juegan los factores de transcripción en este circuito regulatorio”, agregó.

El investigador mencionó que cuando una planta comienza a florecer se forman botones florales, en cuyo centro se desarrolla el gineceo que contiene a los óvulos, y una vez que el polen fecunda a los óvulos da inicio su proceso como semilla, mientras el gineceo se desarrolla como fruto.

La activación e inactivación de genes es fundamental para el correcto desarrollo de dicho órgano, señaló de Folter, quien encabeza el equipo de Genómica Funcional de Desarrollo de Plantas del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio), del Cinvestav.

“Uno de nuestros proyectos es identificar nuevos genes que participan y guían los procesos del desarrollo del fruto. Además, buscamos analizar cuáles son las interacciones de los factores de transcripción en dos niveles: cómo se asocian unos con otros para modular sus funciones, y cómo interactúan con los genes que regulan”, subrayó.

A partir de dichos estudios se puede lograr que los frutos tengan menos semillas, un mayor tamaño, diferente forma y acelerar su proceso de maduración.

La investigación busca que en un futuro se puedan comprar jitomates, papayas, tunas sin semilla, gracias a la ingeniería genética, o lograr algún otro tipo de arquitectura específica en las frutas y verduras.

Con este estudio de Folter obtuvo el Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias en el área de ciencias naturales 2015.