Ciber-guerra, ciber-crimen y hacktivismo son los nuevos rostros de las amenazas modernas

La era del Internet y la conectividad ha traído grandes avances y ventajas importantes que benefician tanto a los usuarios comunes como a los responsables de los sofisticados sistemas de grandes corporativos o gobiernos. Sin embargo, la tecnología también ha abierto un nuevo frente a importantes amenazas que toman forma de ciber-guerra, ciber-criminalidad y hacktivismo.

Es por esto que McAfee se dedica ininterrumpidamente a la investigación y desarrollo de herramientas que contribuyan a contrarrestar estas amenazas.

“Las tecnologías de la información son piezas clave de las operaciones diarias de empresas y gobiernos. El mismo canal que utiliza una abuela para enviar por Internet una foto de sus nietos está llevando al mismo tiempo mensajes secretos, información confidencial y transferencias bancarias encriptadas”, explicó Bruce Snell, Director de Marketing Técnico de McAfee en el marco del seminario “La Era del Hacktivismo y el Ciberdelito”. “Algunos gobiernos, el crimen organizado y manifestantes técnicamente sofisticados están usando la web como campo y herramientas de guerra”, agregó

La Ciber-guerra es aquella perpetrada a través de técnicas avanzadas y tecnología de punta en cuestión de códigos maliciosos que tienen el poder de causar daños serios. Hallazgos encontrados a través de investigaciones conducidas por McAfee revelan que 1 millón de bots pueden detener el funcionamiento de una empresa de Fortune 500, y 6.4 millones de bots son suficientes para paralizar una nación occidental.

En otro tenor, el ciber-crimen organizado se caracteriza por ataques sofisticados llevados a cabo por adversarios bien estructurados que poseen fondos económicos y una clara motivación. El blanco puede ser una corporación o incluso usuarios comunes. Su objetivo es ganar el control de redes y sistemas que representen grandes cantidades de dinero que pueda ser sustraído a través de operaciones fraudulentas. Un ejemplo de ciber-crimen es la Operación High Roller, recientemente revelada por McAfee, que representó miles de millones de dólares robados a bancos de todo el mundo mediante operaciones lentas y poco llamativa

El Hacktivismo es un fenómeno que integra a personajes con cierta ideología. Ha sido en América Latina donde los ciber-activistas han efectuado mayores protestas en contra de violaciones a derechos humanos, corrupción y censura a la libertad de expresión y la Internet. Si bien el colectivo conocido como Anonymous logró reconocimiento por sus ataques contra la Cienciología, en realidad sus operaciones han tenido más auge por temas políticos encaminados a exponer asuntos críticos como la manipulación de la información o los asesinatos de blogueros y periodistas a manos del crimen organizado.

Ante este panorama, McAfee toma muy en serio su compromiso por mantener la seguridad de la información mediante investigación y desarrollo de tecnologías de protección que enfrenten estas amenazas en cuatro capas: La primera, consiste en la instalación de herramientas que limiten o bloqueen el primer contacto con las posibles víctimas. Estas incluyen productos de filtro basados en el servidor o en la red.

En la segunda capa el trabajo es mayor, especialmente cuando se busca detener amenazas nuevas desconocidas hasta ese momento o vulnerabilidades recientes. En estos casos los ataques requieren entre otras cosas técnicas de intercepción de sistemas para rastrear memoria y tráfico en la red.

En una tercera fase, el antivirus tradicional juega un papel protagónico al escanear los dispositivos para detectar archivos maliciosos. Las nuevas tecnologías como McAfee Deep Defender, creada en conjunto con Intel, protegen contra ataques desde el sistema operativo.

En la cuarta capa, las técnicas de control como Whitelisting y los reglamentos de protección de acceso pueden prevenir que un software malicioso cambie archivos y aplicaciones confiables, así como la ejecución de diversas actividades riesgosas. Asimismo, los firewalls pueden prevenir contra conexiones hacia redes bots reconocidas por su mala reputación y limitar la pérdida de datos sensibles.