De la tradición oral a la escrita, el cero cobró forma en la India

A diferencia del resto de cifras, que fueron representadas por primera vez por los sumerios hace más de 5,000 años, la ausencia de 'algo' tardó varios milenios en reproducirse con un número, un hito que corresponde a la India según las reproducciones más antiguas que existen del cero, el más novel de los dígitos.

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Fotografía tomada el 21 de febrero de 2023 del busto del matemático y astrónomo indio, Aryabhatta, precursor del cero, ubicado en la Universidad Aryabhatta de Nueva Delhi. EFE

Para encontrar las primeras reproducciones de este número, hace falta retroceder hasta el descubrimiento del manuscrito de Bajshali, hallado en 1881 en la ciudad de Peshawar, en aquella época parte de la India geográfica administrada por el imperio británico.

CERO PRIMIGENIO

Este manuscrito, que consiste en una serie de 70 textos inscritos en corteza de abedul, contiene las primeras muestras del cero halladas hasta la fecha, puesto que sus escritos más remotos datan del siglo III d.C.

Así lo reflejó un estudio de la Biblioteca Bodleian de la Universidad de Oxford que empleó en 2017 la datación por radiocarbono para rastrear el origen del pergamino, y que reveló que sus textos pertenecían a distintos periodos de tiempo comprendidos entre los siglos III y VII.

"Lo más probable es que date del siglo IV, ya que algunas partes de los textos coinciden con la escritura brahmi predominante en ese momento", dijo a EFE P.P. Divakaran, investigador matemático y autor del libro 'Las Matemáticas de la India: Conceptos, Métodos, Conexiones'.

Sin embargo, este cero primigenio no tenía la forma ovalada con la que hoy se escribe, sino que se representaba como un punto.

REGISTROS POSTERIORES

La datación de estos textos encontrados en Peshawar devolvió a la India el orgullo de contener la reproducción más antigua del cero, ya que el hallazgo a finales del siglo XIX de otra inscripción en una roca en Camboya, que respondía al año 687 d.C., le había arrebatado unos años antes dicho honor a otra anotación india.

Inscrita en una pared del templo de Chaturbhuj, en el norte de la India, este cero poseía forma circular, y databa del siglo IX, según explicó el académico indio Amir D. Aczel en su libro 'La odisea de un matemático para descubrir los orígenes de los números'.

"El número cero aparece dos veces en la placa que representa dos números: 270 y 50, donde los dos últimos dígitos forman un "O", detalló.

FENÓMENO INDIO

Aunque los hallazgos muestran que la India fue la primera en otorgar una forma al cero, este concepto, fundamental para los sistemas de numeración posicionales de la actualidad ya era conocido por los sumerios hace más de 5.000 años.

Sin embargo, esta civilización del sur de Mesopotamia nunca le concedió una forma propia al número, sino que en su lugar dejaban un espacio para representar este vacío entre los dígitos o al final de una cifra.

"El uso del sistema de valor posicional estaba allí (...) pero debido a que la tradición védica era enteramente oral, no había necesidad de un nombre o símbolo para el cero", explicó el profesor del Instituto de Ciencias Matemáticas de la India, Amritanshu Prasad.

Fue el desarrollo de este sistema posicional y el de las representaciones gráficas de los números lo que llevó a los matemáticos a pensar en dar forma al cero y a entenderlo como un dígito propio, algo que se encargó de hacer en el siglo V el astrónomo y matemático indio, Aryabhatta.

Pero fue otro matemático indio, Brahmagupta, quien en el año 628 d.C. estableció las primeras reglas que permitirían integrar este nuevo dígito en la aritmética y completar así el sistema decimal de valor posicional, explicó Divakran.

Según este experto, el concepto matemático del cero evolucionó del concepto de 'shunya', que representa la nada en la tradición oral del sánscrito y es por ello que aseguró que fueron "los gramáticos y los filósofos los primeros en nutrir el concepto de cero, en lugar de los matemáticos".

"Con todo, la forma matemática del cero que usamos hoy en día sin duda procede del concepto de "nada". Si no tenemos dinero, nunca decimos que tenemos "cero" dinero, sino: "no tenemos nada" o "sin dinero", concluyó convencido Divakaran.