Publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, la investigación, que utilizó datos de casi 700 mil personas en Reino Unido, demuestra además que el autismo supone un cerebro masculino extremo.
Para llevar a cabo sus pesquisas, los autores analizaron los resultados de una encuesta online realizada a más de 36 mil personas autistas.
Como parte de la metodología investigativa, los participantes recibían con sus respuestas las denominadas por los autores 'puntuaciones d'. La más alta significaba que la capacidad de sistematización de una persona es más elevada que su empatía. Mientras, una calificación d baja significa que su empatía es más alta que su sistematización.
Como resultado, los investigadores encontraron que los varones típicos tenían puntuaciones d más altas, al contrario a las féminas típicas, quienes las tenían más bajas. Las personas autistas además, independientemente de su sexo, superaban incluso a los hombres típicos.
En el informe, los autores recordaron que las diferencias encontradas se aplican a grupos, no a individuos. subrayan, a la par, que los datos no aportan nada sobre una persona en particular según su género, diagnóstico de autismo u ocupación. Hacer eso, destacan, constituiría estereotipos y discriminación.
Para los científicos, la empatía tiene dos partes principales: la cognitiva (poder reconocer lo que otra persona está pensando o sintiendo) y la afectiva (tener una respuesta emocional apropiada a lo que otra persona está pensando o sintiendo).
Consideran además que esto solo el primer aspecto de la empatía, también conocido como teoría de la mente, con el que, en promedio, luchan las personas autistas.
Esto significa, explican, que no son indiferentes ni crueles, sino que simplemente les cuesta entender las intenciones de otras personas.