Nobel Blackburn: Cuidarse como dicen las madres hace bien a los telómeros

Elizabeth Blackburn recibió en 2009 el Nobel de Medicina por sus investigaciones sobre los telómeros, unas estructuras en el extremo de los cromosomas que son un marcador del envejecimiento. Para cuidar de ellos -señala- hay que hacer esas cosas que dicen las madres, como dormir bien y comer sano.

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La científica Elizabeth H. Blackburn Nobel de Medicina 2009.Archivo EFE/Peter DaSilva

La bioquímica australiana de la Universidad de California en San Francisco (EE.UU) fue elegida este año, con la artista Amparo Garrido, para la iniciativa CNIO-Arte, un proyecto del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas que explora los territorios comunes entre ciencia y arte.

Blackburn (Tasmania, 1948) recibió el Nobel por sus descubrimientos de que los telómeros protegen a los cromosomas y por el hallazgo de la enzima telomerasa, que los forma y mantiene.

Los telómeros son unas secuencias especiales de ADN en los extremos de los cromosomas, como "la punta del cordón de un zapato", que se van acortando con los años, dice a EFE en una entrevista telemática.

Muchas investigaciones muestran que cuanto más cortos sean los telómeros mayor es la probabilidad de desarrollar en el futuro enfermedades normalmente relacionadas con la edad, como cardiovasculares y pulmonares, diabetes, osteoartritis o demencias.

El tamaño de los telómeros son "un tipo de señal", pero no la única causa del desarrollo de una dolencia, el cual depende de una combinación de factores, indica Blackburn, quien recuerda "la inmensa complejidad del cuerpo y la mente humana".

"¿Tener la cantidad justa de telómeros en las células adecuadas resolvería todos tus problemas, nunca envejecerías? No, por su puesto eso no es verdad, hay otra cosas que tienen que ver, pero los telómeros son una de ellas" y son algo que se puede medir.

Entre las causas que podrían acortarlos está sufrir estrés crónico, aunque se trata, fundamentalmente, de "cómo respondemos" ante él, cómo lo gestionamos.

Ese estrés puede venir de muchas fuentes y situaciones sociales que "se escapan del control de las personas" como las dificultades económicas.

Estudios en Estados Unidos -relata- muestran que la mala calidad de un barrio, basada en factores como la peligrosidad, la falta de espacios verdes, viviendas de baja calidad, contaminación "se relaciona cuantitativamente con telómeros más cortos".

La nobel agrega que "debemos ser conscientes de que las políticas sociales pueden tener efectos en el estrés de las personas y, por lo tanto, en sus telómeros".

Los abusos o abandonos sufridos en la infancia, según sugieren otras investigaciones, se relacionan con una menor longitud de estas estructuras en la edad adulta.

Se podría pensar que lograr mantener telómeros largos sería siempre bueno, pero advierte de que tener demasiada telomerasa (la enzima que los repara) "puede aumentar el riesgo de que algunas células se vuelvan cancerosas".

Lo que las células cancerosas hacen -explica- es multiplicarse, no paran, y para ello necesitan mantener los telómeros lo suficientemente largos para proteger sus cromosomas.

"Me gustaría que pudiéramos tomar una pastilla que hiciera aumentar nuestros telómeros lo justo y de forma segura, pero en este momento es un sueño que está lejos de ser una realidad", recalca la científica, que mereció el Nobel junto a Carol Greider y Jack Szostak.

La mejor forma de cuidar de ellos es "un estilo de vida saludable". Una alimentación sana, hacer ejercicio, dormir bien, no fumar, tener una buena actitud ante el estrés, contar con apoyo social, en definitiva "todas esas cosas que nos gusta decir: ya te lo dijo tu madre".

Blackburn hace hincapié, en varios momentos de la charla, sobre la importancia del equilibro en la vida y este es uno de ellos. "Ni demasiado, ni demasiado poco", defiende.

Hay que hacer ejercicio, pero sin excederse porque "puedes estresar tanto tu cuerpo que en realidad daña tus células", no hace falta comer "una dieta cara con solo lo mejor", se trata de "tener un buen equilibro de cosas".

Las investigaciones de Blackburn han inspirado a la artista Amparo Garrido una pieza audiovisual de doce minutos, "Meditación", que plasma la búsqueda del silencio y la naturaleza durante un viaje a Extremadura, y puede verse en el estand del CNIO en el Feria de Arte Contemporáneo ARCO.

Investigadora y artista se comunicaron por videoconferencia. "Tuvimos una maravillosa conversación", recuerda la científica que ve en esta obra una "analogía" con su trabajo sobre los telómeros y su relación con el estrés.

"Para mucha gente la ciencia puede parecer inaccesible", pero es muy importante comunicarla y este es "un ejemplo de la comunicación de una idea que puede llegar a las personas de formas que no parecen posibles para la ciencia".

Arte y ciencia tienen que ver "con la creatividad humana", aunque a través de procesos diferentes, la ciencia tiene los suyos propios y son muy rigurosos, dice Blackburn, quien recuerda que entre investigadores hablan con frecuencia de la "belleza de un experimento".

"Creo que arte y ciencia -reflexiona la premio nobel- tienen en común la belleza que conduce a la verdad y las dos pueden complementarse".