Países discrepan sobre endurecimiento de sanciones contra ciberdelincuencia

Los países de la Unión Europea (UE) han mostrado sus posiciones divergentes sobre la conveniencia de endurecer las sanciones contra la ciberdelincuencia para disuadir de la comisión de ataques informáticos.

Estas diferencias se han puesto de manifiesto durante un debate de los ministros de Justicia europeos sobre una propuesta para reforzar la seguridad en la UE contra todo tipo de delitos en la red, ya sean robos de información financiera o ciberataques contra la seguridad estatal.

La iniciativa, defendida por la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmstrom, plantea entre otras medidas un endurecimiento de las sanciones para este tipo de delitos.

Algunos Estados miembros, como Alemania, Grecia o Finlandia, han insistido en que la experiencia ha demostrado que imponer sanciones más duras no es la manera de combatir el problema, ya que no sirve para disuadir de la comisión de esos ataques.

En su lugar, han abogado por recurrir a otras medidas, como por ejemplo el uso de mecanismos técnicos para mejorar la investigación de esos delitos.

Francia, Reino Unido y Holanda han acogido favorablemente la propuesta de Bruselas y han confiado en que se adopte lo antes posible para combatir un problema que va en aumento.

Por su parte, países como Bulgaria o Lituania han pedido que se castiguen con más dureza los delitos contra las infraestructuras consideradas prioritarias, como las administraciones públicas, los bancos o las centrales nucleares.

En el debate se ha puesto también de manifiesto que para algunos estados miembros, como Estonia o Bulgaria, es importante que la suplantación de identidades para delinquir en la red no sea únicamente una circunstancia agravante como prevé la normativa, sino un nuevo delito.

Aunque Bruselas advierte que los países de la UE "ya tienen sus medidas" de seguridad informática, cree conveniente el blindaje de las redes europas y medidas específicas para proteger las infraestructuras "críticas", según ha señalado Malmstrom.

De entre todas las prácticas delictivas cibernéticas, la CE destaca la del secuestro y manipulación a distancia de servidores, por los que se toma control de un ordenador para introducirse en él, dominarlo y obtener los datos privados y técnicos que guarda.

Los atacantes informáticos "inventan" cada día tantos delitos como nuevas aplicaciones informáticas aparecen en el mercado.

Entre los "nuevos delitos" más populares está la obtención de números de tarjetas de crédito, el sabotaje de redes, la extorsión y el espionaje informático.