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Por Información Estratégica

La administración Peñista

La administración de Enrique Peña Nieto llega al sexto y último informe de gobierno, con éste se da por concluida la obligación del presidente de dar a conocer a la ciudadanía el estado del país y de la administración pública. El que está a punto de terminar, fue un gobierno que por diversos temas bien vale la pena analizar.

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Lo que vivimos en 2012, cuando Peña Nieto resultó electo fue una elección relevante pues significó el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno federal después de doce años de panismo. Uno de los sellos que marcaron sin duda alguna este gobierno fue la aprobación e implementación de lo que se llamarían las “Reformas Estructurales”, las cuales significaron cambios en materias como educación, telecomunicaciones, energía, combate a la corrupción, competencia económica, recaudación de impuestos, transparencia, electoral, entre otros.

No obstante, tal como lo enuncian los spots dados a conocer en estos días en radio y televisión por el gobierno federal, otros temas también fueron parte de la agenda y tuvieron un impacto importante en su evaluación. Uno de los tópicos que marcaron esta administración fue el de la Casa Blanca, otro la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal ubicada en el municipio de Ayotzinapa, Guerrero. También, la visita del entonces candidato Donald Trump a México y un crecimiento económico anunciado que resultó menor a lo esperado.

Si bien es normal que durante una administración la aprobación presidencial se vaya modificando como consecuencia de las decisiones u omisiones del propio gobierno, así como de eventos externos fuera del alcance de la administración, como hemos comentado en otras ocasiones, un elemento que no se había presentado antes en nuestro país fue el de tener una evaluación presidencial en números históricamente bajos, un hecho que marcó parte importante de este sexenio.

Cuando Peña Asumió el cargo en diciembre de 2012 su aprobación era de 55 por ciento, mientras que la desaprobación de la administración entrante era de 21 por ciento, al concluir la desaprobación llega al 69 y la aprobación es de 28, es decir, los porcentajes se invirtieron.

Si hacemos un recuento de los eventos más importantes de cada año y su impacto en la evaluación de gobierno, podemos ver que al inicio de su administración había un porcentaje importante de aprobación a su trabajo, la misma era superior a 50 por ciento. Los porcentajes más altos de aprobación se registraron precisamente en los primeros 100 días de gobierno, cuando el 61 de mexicanos le dio el visto bueno a su labor, fue en este periodo cuando se realizó “El Pacto por México”, y la aprobación en el Congreso de reformas relevantes como la reforma educativa y la de telecomunicaciones, también tuvo lugar la detención de Elba Esther Gordillo.

A partir del segundo año de gobierno empezamos a registrar datos donde la desaprobación fue más alta que la aprobación, en este periodo tuvieron lugar eventos importantes como la aprobación de la Reforma Energética y estimaciones a la baja de las expectativas de crecimiento económico. En septiembre de 2014 ocurrió la desaparición forzada de normalistas en Ayotzinapa, así como la publicación del reportaje sobre la Casa Blanca, dos de los temas que más peso tuvieron para el gobierno en turno.

A mitad del mandato -es decir en 2015- los niveles de desaprobación fueron en aumento, por primera vez registramos en casi todas las mediciones que había un rechazo al trabajo realizado y la tendencia iba al alza. En mayo y junio de ese año se aprobaron tanto el Sistema Nacional Anticorrupción como el Sistema Nacional de Transparencia, pero también hubo un aumento histórico en el precio del dólar.

Los siguientes tres años (2016, 2017 y 2018) estuvieron marcados por una desaprobación del trabajo del presidente con registros históricos. En este periodo ocurrió la recaptura de Joaquín “El Chapo Guzmán” (enero 2016), un repunte en la creación de empleos, así como una declaración de EPN donde pide perdón por tema de la “Casa Blanca”. No obstante, también hubo polémicas decisiones como la invitación al entonces candidato Donald Trump a México, evento que tuvo lugar en agosto de 2017 y que de acuerdo con mediciones realizadas generó enojo entre la ciudadanía.

En 2017 hubo un incremento importante en el precio de la gasolina, saqueos a establecimientos en algunos estados, marchas en contra de los costos de productos, y es precisamente en enero del año pasado cuando ocho de cada diez mexicanos dijeron desaprobar la forma en la que el presidente realizaba su trabajo y sólo dos de cada diez lo aprobaba. Además, ese año varios estados fueron afectados por sismos. En Oaxaca, Morelos, Puebla, Guerrero, Chiapas, Veracruz, Estado de México y la Ciudad de México se presentaron pérdidas humanas y materiales donde también hubo una evaluación de la respuesta del gobierno federal.

Finalmente, en el último año de gobierno podemos observar cómo a diferencia de lo que algunos analistas esperaban, no ha habido un repunte considerable en la aprobación del gobierno de Peña Nieto. A pesar de tener un proceso electoral en calma, donde los resultados del cargo a la presidencia de la república fueron aceptados desde muy temprano por los contendientes perdedores, y aun cuando la transición entre el gobierno entrante y el de Peña ha sido tersa, ello no se ha traducido en un repunte de su aprobación. El último dato de julio y agosto de 2018 indica que el 69% de la población desaprueba el gobierno en turno mientas que 28% lo aprueba.

Las expectativas que la ciudadanía genera es un elemento importante para entender su opinión sobre el mismo. A su llegada Peña Nieto generó expectativas importantes sobre su administración, lo hizo al recordar que si algún partido político tenía experiencia en gobernar ese era el Revolucionario Institucional, además reafirmó esta idea al anunciar un día después de su toma de protesta un pacto con las otras fuerzas políticas para mejorar al país, así se dio a conocer el Pacto por México.

Muchas de estas expectativas generadas no se cumplieron o bien los resultados no fueron los esperados. En este contexto podemos ver que ocho de cada diez mexicanos consideran hoy que durante sus seis años de gobierno el presidente Enrique Peña Nieto hizo menos de lo que esperaba, sólo 5 afirma hizo más de lo esperado y 11 considera que hizo lo esperado.

Otro dato que no habíamos visto en quince años desde que iniciamos esta pregunta en el gobierno de Vicente Fox, es que con Peña Nieto se registra el porcentaje más alto de personas que consideran no se cumplió la expectativa que se tenía del gobierno, más allá de los resultados y datos duros estos hallazgos indican que las personas esperaban mucho más.

En 2013 más personas decían que Peña había hecho lo esperado, pero a partir de 2014 y hasta la fecha fueron más aquellos que dijeron que la presente administración había quedado corta en su trabajo.

En el mismo tenor vemos como la mayoría de los mexicanos piensan que Peña está entregando un país peor del que recibió en 2012. Sólo 18% menciona que dado el trabajo realizado la presente administración hereda un mejor México del que recibió cuando asumió el mandato. Esta pregunta la seguiremos realizando a los siguientes gobiernos para documentar si hay cambios en el tiempo.

Al analizar la evaluación del actual gobierno por áreas vemos como la promoción del turismo fue la mejor calificada con 42% de personas que la identifica de manera positiva. Carreteras y educación se ubican como los segundos rubros mejor calificados. Sin embargo, vemos que temas prioritarios como combate al narcotráfico, combate a la delincuencia y combate a la corrupción es donde hay más cuestionamientos sobre el desempeño de la actual administración.


Parametría cuenta con datos desde el año 2002 sobre la aprobación de gobierno, ello nos permite hace un análisis de las pasadas tres administraciones, lo que representa una importante riqueza de datos. En esta ocasión iniciamos la medición de aprobación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador desde agosto de 2018, es decir cuatro meses antes de asumir el mandato, ello por la actividad constante y la agenda que ya mantiene aún al ser presidente electo.
Para la ciudadanía resulta relevante contar con estos datos sobre qué opinamos del actuar de las personas por las que votamos para que nos representes, nosotros asumimos la publicación de estos datos como un compromiso con el país y con los análisis a profundidad que se puedan hacer de cada administración.