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Por Información Estratégica

Los estragos del 19-S

El 19 de septiembre se cumple un año del sismo que afectó diversos estados de la república entre ellos la Ciudad de México donde hubo pérdidas humanas y materiales considerables. Hoy, seguimos trabajando en la reconstrucción de la ciudad y también en la reconstrucción emocional que no dejó dicho acontecimiento.

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Nuestro referente inmediato de un sismo devastador era —hasta antes de 2017— el ocurrido en 1985, la fecha parecía lejana y los simulacros se habían convertido en parte de las rutinas anuales que se realizaban en las escuelas y los trabajos. El año pasado volvimos a recordar nuestra vulnerabilidad humana ante dichos eventos.

Una de las características de los sismos es que en pocos segundos se produce un alto grado de destrucción y pérdidas humanas, lo que provoca un impacto social que pocas veces se estudia y analiza con datos. Poco después del sismo del 19 de septiembre, Parametría realizó una encuesta para conocer el sentir de la población sobre este evento y es importante ver que una de las consecuencias es que parte de la población vive aun con miedo.

En septiembre de 2017, el 58 por ciento de entrevistados refirió que después del sismo vivía con miedo. Un año después, en septiembre de 2018 aunque se redujo este sentimiento todavía 48% dijo sentir temor. El proceso de asimilación de estos eventos requiere sin duda alguna del trabajo con las emociones. Hoy ante sismos de menor magnitud vemos la reacción de desesperación de personas que recuerdan la tragedia en la ciudad.

Tener la certeza de que estamos mejor preparados para un sismo puede ser algo positivo para tener reacciones más adecuadas ante los sismos, sobre todo tomando en cuenta que la CDMX se encuentra en una zona donde ocurren con frecuencia estos fenómenos naturales. De acuerdo con especialistas, algunas acciones que se pueden realizar para prevenir derrumbes de construcciones y muertes ante sismos es identificar áreas de mayor riesgo; implementar reglamentos y normas de construcción más exigentes; invertir en alertas sísmicas, así como vigilar su correcto funcionamiento.

A un año del sismo, de acuerdo con la opinión de los entrevistados, la Ciudad de México no se encuentra mejor preparada, así lo menciona el 54 por ciento de encuestados, mientras que 43 por ciento afirma que hoy podemos responder de manera más adecuada a un fenómeno similar.

Los sismos son acontecimientos que ponen a prueba la respuesta del gobierno. Por ejemplo, el sismo de 1985 dejó al descubierto la brecha que había entre la clase política y la ciudadanía. Los capitalinos no esperaron a la reacción gubernamental y el trabajo entre todos fue la mejor respuesta para ayudar a las personas afectadas, ello generó un cambio relevante que se vio después en la vida política y social de nuestro país.

De igual forma, el sismo del 19 de septiembre de 2017 puso a prueba a las instituciones y fueron nuevamente los ciudadanos organizados quienes acudieron primero a ayudar a la gente afectada. En el primer aniversario del sismo más reciente, la actuación de las autoridades federales como locales es calificada como mala o muy mala en mayor medida.

Una pregunta que usualmente realizamos es a quién ven como el principal responsable de atender ciertas problemáticas en el país. Por ejemplo, la inseguridad, la corrupción, el desempleo etc. En México muchos temas se consideran responsabilidad del gobierno federal y en menor medida se señala a los gobiernos locales como entes que puedan resolver problemas específicos, aun cuando ese nivel de gobierno es el más cercano a la ciudadanía.

Es relevante recordar que leyes como los Reglamentos de Construcciones son aprobadas por los gobiernos y congresos estatales y que se realizan con el objetivo evitar casos de corrupción que propicien el derrumbe de construcciones y en consecuencia pérdidas humanas, por lo que este nivel de gobierno tiene una enorme responsabilidad en el tema.

En el caso de la Ciudad de México, hay opiniones divididas a tercios sobre qué nivel de gobierno debe ser el responsable de atender a los afectados. El 32 por ciento considera que el gobierno federal debe responder para atender a los damnificados del 19 de septiembre, mientras que 26 por ciento lo ve como una tarea del gobierno de la Ciudad de México y 25 por ciento como un trabajo de las ahora alcaldías.

En el primer aniversario del sismo del 19-S continua la reconstrucción de la ciudad y la confianza de la ciudadanía para vivir sin miedo, sin embargo, resulta necesario que haya acciones gubernamentales específicas que demuestren que estamos mejor preparados para un acontecimiento similar. Hoy, todos seguimos en reconstrucción.