En su discurso se refirió a la política regulatoria de la Agencia, la cual explicó que responde a un modelo de gestión de riesgo de cinco componentes:
Primero, el requisito de que todos los operadores petroleros en México tengan la experiencia para operar con sistemas de administración de la seguridad. Segundo, que tengan las garantías financieras suficientes para hacer frente a los riesgos inherentes de su operación. Tercero, una regulación orientada por objetivos, que posibilite la innovación en el sector. Cuarto, implementar procesos integrales de autorización de proyectos. Y quinto, actuar bajo un esquema de inspección multinivel en donde se aplique la ley en toda su amplitud.
Subrayó que con este enfoque de política pública, el país se encamina a consolidarse como un destino muy atractivo para la inversión. La visión de México deber de ser la de un país competitivo, dinámico e incluyente, considerando el abasto de energía confiable como pieza central para lograrlo, y convertir al sector de hidrocarburos en el más limpio y seguro del mundo.