Aniversario redondo: El sujetador cumple 100 años

Tal vez hoy sería todo diferente si Mary Phelps Jacob no hubiese tenido tanto pecho hace 100 años. Y si, además, no hubiese estallado entonces la Primera Guerra Mundial. Sin embargo estos dos factores, aparentemente tan diferentes, fueron los que llevaron a que en 1914 se registrase la patente de un invento que marcaría el siglo XX y que hoy ocupa a casi todas las mujeres (y hombres): El sujetador moderno cumple el miércoles 100 años.

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Ya antes había piezas de vestir que cubrían el pecho. Hasta en los mosaicos romanos se puede ver algo que hoy describiríamos como un bikini. Las vikingas, al parecer, ya llevaban sujetador (lo que los mexicanos llaman brasier, los cubanos ajustador o los argentinos corpiño).

Cuando Mary Phelps Jacob nació cerca de Nueva York en 1891, unos inventores alemanes ya habían creado un "sujeta-seno sin parte inferior", y en Europa y Estados Unidos se habían registrado las primera patentes de prendas de este tipo. Pero la mayoría de las mujeres llevaban lo mismo desde hacía siglos: el corsé, que además del sostén ajustaba la cintura. Y que en aquel momento parecía ineludible.

Pero a Jacob le molestaban las varillas que conformaban el armazón porque le apretaban y además se veían por debajo del vestido. Así que la joven de 19 años cortó el corsé justo debajo del pecho y lo unió con un par de tirantes, algo que básicamente ha cambiado poco desde entonces. Lo que Jacob registró cuatro años más tarde en forma de patente era lo que ahora se conoce como el moderno sujetador, el sostén para los uruguayos y venezolanos.

No es que tuviera un gran éxito con ello, pero sí lo tuvo como escritora y feminista aunque lo hizo con el nombre de Caresse Crosby. Vendió la patente por 1,500 dólares. Luego la guerra en Europa contribuyó al auge de la prenda: como había escasez, las mujeres estadounidenses también tenían que ahorrar en sujetadores. ¿Fue por patriotismo o por el convencimiento de que la nueva prenda era mucho más cómoda que el corsé? El sujetador tal como se conoce ahora se impuso rápidamente.

Medio siglo más tarde se convirtió en un símbolo de liberación de la represión. Las feministas rechazaban el sostén que había inventado otra feminista y lo quemaban en público. "En mi caso los bomberos necesitarían tres días para apagar el fuego", bromeó la cantante de country Dolly Parton.

No son pocas las mujeres que en la actualidad llevan "minimizer", para evitar que las miradas siempre se dirijan al mismo punto. Otras, sin embargo, recurren al "Wonderbra" y a otros trucos para hacer creer que hay más de lo que en realidad hay. Al igual que antes, un escote lleno sigue siendo atractivo.

Y si alguien quiere ir a lo caro, hay una cadena de moda que prácticamente vive de la venta de sujetadores, que suele sacar al mercado con diamantes incrustados. Hasta el momento, el más caro es un modelo de 15 millones de dólares (11 millones de euros). Y la cifra de ejemplares vendidos: cero.

Pero el sujetador puede tener también muchos otros usos. En Canadá, una madre y su hija consiguieron esconder en las cuatro copas 59.000 dólares para cruzar la frontera. En Uganda se pidió a mujeres policía que cachearan a sus congéneres en el pecho para buscar "sujetadores bomba". Un acorazado británico izó un sostén de tres metros para publicitar la lucha contra el cáncer. El Ejército belga tuvo sin embargo problemas por haber eliminado el suplemento para sostenes.

Y los hombres sueñan con la doble D, una talla de copa que en algunos países ni siquiera existe. Pero no sólo los hombres tienen poca idea de tallas. Una encuesta reciente en Alemania arrojó que una de cada dos mujeres no conoce su talla de sujetador y una de cada tres, no lleva. Y eso porque a pesar de que han pasado 100 años del invento de Mary Phelps Jacob, ellas siguen asegurando que aprieta y resulta incómodo. (DPA)