El "Coliseo Cuadrado", un inesperado museo en el icono de la moda romana

El "Palazzo della Civiltà", revisión moderna de origen fascista del Coliseo, es todo un símbolo en el horizonte romano, no solo por su armoniosa silueta, sino también por ser sede de la firma Fendi. Y visitarlo es posible gracias a las muestras que alberga, la última del famoso escultor Armando Pomodoro.

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Vista de una de las piezas de la muestra "El gran teatro de las civilizaciones", del escultor Arnaldo Pomodoro. EFE/ Gonzalo Sánchez

El llamado "Coliseo Cuadrado" es el epicentro del EUR, un barrio de estética racionalista construido por la dictadura fascista para acoger la Exposición Universal de Roma de 1942, que nunca llegó a celebrarse a causa del estallido de la Segunda Guerra Mundial.

El edificio es una especie de reinterpretación moderna del famoso Anfiteatro Flavio, con una planta perfectamente cuadrada, revestido de mármol y con seis filas de arcos como fachada de sus cuatro caras.

La idea era que representara la "civilización italiana" y por eso en sus alturas sigue esculpida la definición acuñada por el dictador Benito Mussolini: "Un pueblo de poetas, artistas, héroes, santos, pensadores, científicos, navegadores y trasmigrantes".

Sin embargo, lejos ya de aquel pasado "negro", el edificio es hoy la cara más moderna y lujosa de la Ciudad Eterna, desde que en 2015 la firma de moda Fendi, fundada en sus calles noventa años antes, lo alquilara para convertirlo en su flamante sede.

En el edificio trabajan diseñadores, creativos y demás personal de esta casa, desde 2001 propiedad del coloso francés LVMH, pero en los últimos tiempos ha decidido convertir su planta baja en un museo en el que exhibe cada cierto tiempo obras de vanguardia.

POMODORO, EL MOVIMIENTO OCULTO

La última exposición, abierta hasta el próximo 1 de octubre, lleva por título "El gran teatro de las civilizaciones" y consiste en una retrospectiva de los setenta años de carrera de uno de los escultores modernos italianos más conocidos, Arnaldo Pomodoro.

Sus obras, generalmente robustos cuerpos de metal que dejan ver en su interior engranajes y formas geométricas, se reparten por los dos salones de la planta inferior del edificio, bajo la luz de los ventanales que cubren las arcadas de la fachada.

Se trata de grandes paneles o esferas empapadas de acción, como la obra "Movimento in piena aria e nel profondo (1996/1997), una gran tabla blanca que evoca el baile de los cuerpos celestes.

Pomodoro (Morciano di Romagna, 1926) esculpe en grandes volúmenes relieves en un orden aparentemente caótico, pero obviamente lógico, ofreciendo un viaje a las profundidades de la materia misma pero también de la existencia humana.

Pues en sus obras pueden apreciarse evocaciones a los pictogramas de la escritura asiática, la rudeza de la prehistoria o los rasgos tribales de la profunda África.

Un estilo inspirado por su encontronazo en 1961 con un calendario azteca en México: "Yo veo el movimiento mediante su instrumento originario, la rueda, origen de energía y medida del tiempo", dice.

"La Civilización que da nombre a este edificio para Pomodoro deviene en 'civilizaciones'. Un tema que atraviesa el espacio y el tiempo, desde el pasado más remoto a un futuro imaginario", explica el comisario de la exposición, andrea Viliani.

El objetivo es hacer que las obras dialoguen entre sí para "redescubrir civilizaciones antiguas" desde Mesopotamia a la asiria, babilonia o azteca, a las artes y culturas africanas o grecoromana.

El visitante podrá indagar en el archivo creativo de este artista, husmeando en cajones donde se exponen sus trabajos más reconocidos, como su monolito en Copenhague (1999) o las esferas huecas que ha repartido por medio planeta.

Pero, como no podía ser de otro modo en este edificio, sede de la moda romana, también se exponen algunos de sus trabajos para el teatro y la ópera, como los decorados y trajes que hizo para un "Oedipus Rex" (1988) o para "Dido, reina de Cartago (1986).