El jardín secreto de Paul Haim, a la venta en París

Durante más de cincuenta años, el famoso coleccionista y marchante Paul Haim llenó su gran jardín a orillas del río Adour, en el País Vasco francés, con más de cuarenta obras de arte, entre ellas varios Miró, Chillida, Bourdelle o Rodin, que su hija subastará el próximo día 22 en París.

Etiquetas: 

La propiedad "La petite Escalère" era el hogar de Paul Haim y de sus obras, casi todas esculturas de gran tamaño, que fue coleccionando poco a poco y colocando de forma estratégica por un gran jardín escondido por una exuberante vegetación que jamás se ha abierto al público.

Con la muerte de Paul Haim en 2006, su hija, Dominique, cree que ha llegado el momento de que "otras personas o museos disfruten de estas obras", cuenta en una entrevista a Efe. "En los últimos años las inundaciones a causa de las crecidas del río han amenazado el jardín y las obras, "por lo que cada vez es más difícil mantenerlas a salvo", confiesa.

"Todas las piezas tenían su propio espacio en 'La petite Escalère', pero era un jardín con obras de arte. Ahora, adquieren un impacto mucho más grande" por sí mismas, explica la hija del coleccionista francés.

Las 41 esculturas estarán expuestas, hasta el día anterior a la subasta en Christie's, en un lugar a su medida: la sede parisina del grupo de marcas de lujo Kering, en cuyo patio se recrea el jardín original que las exhibía.

"Esto es un homenaje a mi padre", asegura Haim, que no oculta su emoción por desprenderse de las piezas de su padre. "Espero que quienes compren las piezas entiendan el valor sentimental que tenían para mi padre y para mí", confiesa.

EL FABULOSO JARDÍN FUE ADQUIRIDO EN 1960

El acopio de piezas artísticas empieza en los años sesenta en París. Paul Haim y su esposa, la fotógrafa y pintora Jeannette Leroy, eran entonces unos reputados marchantes de arte, conocidos también por haber iniciado en el impresionismo y en el arte moderno a los aficionados japoneses.

Durante años en la capital, Paul conoce multitud de artistas que se convertirán en amigos como el artista japonés Zao Wou-Ki, la rumana Dina Vierny o el francés André Maillol, cuya gran escultura será puesta en venta en la subasta, o la hija de Emile-Antoine Bourdelle, con quien trabajó muchos años promoviendo la obra de su padre en Japón.

A principios de los 60, Paul y su mujer deciden comprar este terreno entre Bayona y Biarritz, donde poco a poco irán instalando las obras y adaptando el jardín a ellas como si de un recorrido museístico se tratara. De manera que, el visitante, cuando recorría un camino de piedra entre un huerto, un bosque de bambú o un estanque, se encontraba con obras de los escultores más importantes del siglo XX.

"Era casi como un juego, encontrar las esculturas escondidas entre los árboles o en un claro del bosque. Algunas se confundían con la vegetación. Era maravilloso", recuerda Dominique Haim.

UNA ESCULTURA DE MIRÓ, LA ESTRELLA DE LA SUBASTA

La joya de la corona de la subasta es "La caresse de l'oiseau", "La caricia del pájaro", una escultura de bronce de Joan Miró de tres metros de altura creada en 1967 y que representa un pájaro de pie. Su precio de salida en la subasta es de cuatro millones de euros.

Haim era un amante de la obra del artista mallorquín, del que compró un pequeño mosaico que colocó junto a la piscina del jardín, y otra escultura baja en forma de caracola.

Otro mosaico de Eduardo Chillida destaca por su fondo blanco y sus líneas negras. Haim lo instaló delante de un estanque de modo que se reflejara en el agua.

"He comprado dos Chillida al precio de uno", recuerda su hija que el mismo coleccionista le dijo una vez al escultor vasco mostrándole la disposición de la obra en el jardín.

Otros españoles presentes en la colección son el catalán Jaume Plensa, con una escultura que imita una piña, el canario Juan Bordes con los bustos de cinco oradores y el vasco Jorge Oteiza con una estructura de acero.

Entre el resto de obras de la exposición destacan un gran mosaico del francochino Zao Wou-Ki, cuyo precio inicial se ha tasado en un millón de euros, una escultura de Rodin por 500,000 euros, otra de Aristide Maillol, un busto de Émile-Antoine Bourdelle y numerosas piezas del francés Fernand Léger.