El Louvre disecciona la conversión de Grecia en un Estado moderno

Un doble aniversario ha impulsado al Louvre a analizar a través del arte la conversión de Grecia en un Estado moderno: el bicentenario del inicio de la guerra de liberación de ese país y de la incorporación de la Venus de Milo al museo.

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Imagen de archivo de una vista general del museo del Louvre con la pirámide de cristal, en París. EFE/JAVIER LIZON

Ese pretexto sirve para hablar de la emergencia de la cultura griega y de su lugar y peso en una muestra, "París-Atenas. Nacimiento de la Grecia Moderna. 1675-1919", que abre al público este jueves y podrá verse hasta el 7 de febrero.

"Trata de entender cómo esta cultura antigua se convirtió en un joven Estado nación con artistas modernos, pintores, escultores, que tuvieron que inventar un estilo para hacer de Grecia un país europeo moderno", explica a EFE el comisario y presidente honorario del Louvre, Jean-Luc Martinez.

El territorio que forma la Grecia actual pertenece al llamado imperio bizantino, conquistado a partir de 1071 por los otomanos. El 25 de marzo de 1821 comenzó la sublevación griega y la independencia del país fue pronunciada en enero de 1822, doce años antes de que Atenas fuera declarada su capital.

Son fechas que ayudan a trazar su evolución histórica, que el Louvre acompaña con esculturas, obras e imágenes de los distintos periodos, en los que se constata cómo el nuevo Estado griego construyó su identidad cultural apoyándose en el neoclasicismo de Francia y Alemania.

Ese recorrido refleja igualmente el vínculo entre artistas de esos dos países. Del francés Eugène Delacroix se expone por ejemplo "Grecia expirando sobre las ruinas de Missolonghi" (1826), con la que el artista participó en una venta en beneficio de la población griega.

Y hasta finales del XIX la ciudad alemana de Múnich fue la referencia y el lugar predilecto de los artistas griegos debido a los fuertes lazos políticos y culturales bilaterales, aunque desde mediados de ese siglo cada vez más griegos fueran a estudiar a la capital francesa.

PRESENCIA CRECIENTE EN EUROPA

Las Exposiciones Universales de 1878, 1889 y 1900, todas ellas en París, permitieron a los artistas griegos afirmarse en la escena europea, donde algunos como Leonidas Drossi se inspiraban en sus antecesores artísticos, pero otros como Iakovos Rizos, formado en los círculos parisinos, se distinguieron por su inspiración moderna.

"Creemos que conocemos Grecia y al mismo tiempo sabemos muy poco de ese país. Los vemos solo como herederos de la antigüedad", señaló en la presentación de esta muestra Martinez, sustituido en la presidencia desde el pasado 1 de septiembre por Laurence des Cars, la primera mujer al frente de la célebre pinacoteca parisina.

La exposición abarca la época de las grandes excavaciones arqueológicas (1873-1903), que permitió a la Grecia independiente construir progresivamente su identidad ahondando en el amplio repertorio de esos hallazgos en carteles, billetes, monedas o medallas.

Comienza en 1675 porque fue entonces cuando el marqués de Nointel, embajador francés, hizo escala en Atenas de camino hacia Constantinopla y descubrió la que entonces era una provincia del imperio otomano, y finaliza en 1919, año en que Grecia se sitúa en el campo de los vencedores de la Primera Guerra Mundial.

Entre sus sorpresas, "La Dormition de la Vierge", una de las primeras obras cretenses de El Greco antes de que fuera a Venecia en 1567, y que según Martinez demuestra que "los pintores de iconos que trabajaban en Grecia conocían la pintura occidental y la veneciana".

La arqueología, la moda, la fotografía o la pintura ayudan a ver cómo el país forjó esa identidad para desmarcarse de siglos de ocupación otomana, con una variedad de piezas que se sale de los tópicos para no ser solo una exposición de arqueología, aunque según su comisario presente "objetos arqueológicos excepcionales".