Gaarder: el mundo en su "última llamada" ante un desafío climático

El escritor noruego Jostein Gaarder, autor de "El mundo de Sofía", compara la situación actual del planeta con la "última llamada" para embarcar en un vuelo, ante un desafío climático que nunca antes había ocurrido, y considera que el hecho de que el "Führer Putin" esté "enredando con Ucrania" no añade tranquilidad.

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El escritor noruego Jostein Gaarder presenta su libro "Somos nosotros los que estamos aquí ahora" este miércoles en Madrid. EFE/Sergio Pérez

Gaarder (Oslo, 1952) presentó este miércoles en una rueda de prensa en Madrid su ensayo "Somos nosotros los que estamos aquí ahora" (editorial Siruela), en el que, en una carta dirigida a sus nietos, habla de su filosofía de vida y de su historia personal y literaria en un intento de entender el mundo actual.

Un mundo que se encuentra en su "última llamada" como las de los vuelos, según el símil utilizado por el escritor; "y mientras tanto, seguimos en el bar del aeropuerto bebiendo un vino blanco sin hacer caso de esta llamada".

Una situación ante la que ha decidido no ser pesimista, pues cree que es algo parecido a ser perezoso y que quedarse sentado en el sofá lamentándose "es irresponsable". Pero explica que tampoco puede ser optimista, porque habría que tener "una piel muy dura", y que por eso apuesta por la "esperanza", ya que supone estar involucrado de una forma activa.

EL DESAFIO CLIMÁTICO EN SUS OBRAS ACTUALES

Insiste en su preocupación por el desafío del cambio climático, algo que no había ocurrido nunca antes, pues hace 10 o 20 años no era el centro del debate "y ahora la gran cuestión"; "y el hecho de que el 'Führer Putin' (en referencia al presidente ruso, Vladímir Putin) esté enredando con Ucrania no añade tranquilidad", recalca.

En el ensayo, Gaarder, que fue profesor de filosofía, se plantea cuestiones nuevas y urgentes que no ha tratado en anteriores obras, entre ellas el súperventas "El mundo de Sofía", que publicó en 1994.

Cuestiones relacionadas con el medioambiente y la sostenibilidad y plantea una nueva pregunta que cree el reto más importante: "¿Cómo vamos a preservar la civilización humana y el sustento mismo de nuestro propio planeta?".

Así, en la carta que dirige a sus nietos en este libro, para que estos la lean a finales del siglo XXI, les pregunta cómo es el mundo entonces y si ha habido una nueva guerra mundial. Una pregunta que, cuando escribió el ensayo hace un año, ha dicho, le parecía más improbable que ahora.

En relación al cambio climático recalca que la Humanidad se enfrenta a su amenaza más grande, su propia supervivencia como civilización, y dice que esto supone que la democracia está también amenazada.

Cree que la humanidad no aprende: "Los humanos somos muy cortos de vista, solo miramos a izquierda o derecha, miramos amenazas y buscamos presas".

UNA "CARTA UNIVERSAL DE OBLIGACIONES"

También sostiene que aunque en 1948 se consiguió el mayor logro filosófico con la Declaración Universal de los Derechos Humanos al tomarse conciencia de que eran fruto de la evolución de siglos, en la actualidad no son suficientes y es necesario contar también con una "Carta Universal de Obligaciones".

"Solo hablamos de nuestros derechos y eso no es suficiente", indicó el autor, quien destacó cómo los derechos no son algo que sea innato en la humanidad sino que es necesario que se establezca "qué se puede hacer y qué no se puede hacer" y evitar que una mujer iraní pueda ser asesinada por no llevar bien el velo.

También expresó su preocupación por la deriva de la calidad democrática en algunos países donde la extrema derecha gana posiciones y dice que algunos aspectos traspasan las líneas de los valores de la democracia, como ocurre en el momento en el que "si no te gustan el resultado de las elecciones, invades un parlamento".

"Putin es un extremista nacionalista pero no olvidemos que hasta el principio de la guerra, Donald Trump le apoyaba públicamente", recalcó Gaarder, que aunque sospecha "de una alianza nada santa entre este tipo de movimientos", cree que la democracia prevalecerá y confía en que en Rusia la resistencia interior que ha comenzado a surgir acabe con el régimen.

Pero, subraya, la democracia no es algo que podamos dar por hecho.