La Amazonía brasileña contada por 20 artistas

La relación entre arte, naturaleza y ciencia se expone desde este jueves en Río de Janeiro gracias a la inmersión de 20 creadores en una reserva ambiental de la Amazonía brasileña, que alberga la mayor selva tropical del mundo.

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La galería Z42 Arte, un caserón ubicado en las faldas del cerro del Corcovado, exhibirá hasta el 28 de junio la muestra "Cómo hablar con los árboles", el resultado de un proyecto internacional de residencia artística en el corazón de la Amazonía promovido en los últimos años por la organización no gubernamental Labverde.

Con financiación de socios internacionales como la Universidad de Artes de Londres, el proyecto selecciona semestralmente a 30 artistas de diferentes países, a los que interna durante 10 días en una reserva ambiental administrada por el estatal Instituto Nacional de Pesquisas sobre la Amazonía (INPA) de Brasil, para explorar en sus obras las relaciones entre arte, naturaleza y ciencia.

"Hacemos un proceso selectivo para invitar a artistas para que vivan una inmersión en la selva, reciban informaciones de científicos y tengan una vivencia del ambiente, para que lo resignifiquen a través de la cultura", explicó a Efe la comisaria del proyecto y de la exposición, Lilian Fraiji.

Los artistas conviven en las instalaciones de la reserva Adolpho Ducke, que cuenta con 10,000 hectáreas preservadas de selva para la investigación científica, en donde participan en conferencias de científicos del INPA sobre el ecosistema de la Amazonía, su importancia para amenizar los cambios climáticos y el impacto de la deforestación en la selva.

Igualmente participan en conferencias y debates con invitados del área de la cultura, como comisarios y artistas que ya cuentan con un histórico de compromiso con la ecología, y realizan expediciones al interior de la selva, así como un viaje en barco de tres días.

Para ser seleccionado, en un concurso que para este año ya cuenta con 342 artistas interesados en los 30 cupos, el participante tiene que presentar un proyecto sobre la obra que pretende realizar durante la residencia, a la que ya llevan parte de los materiales que usarán, para poder iniciarla durante la propia inmersión.

Después tienen plazo de tres meses para presentar la obra resultante, que son reunidas en catálogos especiales o promovidas en exposiciones regionales, como la realizada en Nueva York en 2018.

La exposición que abre hoy en Río de Janeiro con obras de 20 de los residentes, en cambio, resume el resultado de las seis inmersiones ofrecidas a unos 100 artistas de 30 países desde 2013, cuando el proyecto comenzó con cuatro brasileños.

"Esta exposición es un panorama de la experiencia de Labverde. Hay artistas que participaron en la primera edición del programa, que era un embrión que ya brotó. Tenemos artistas de varias nacionalidades que pasaron por el programa y varios lenguajes: pintura, escultura, instalaciones, música, paisajes sonoros y varias discusiones", aseguró la comisaria.

Entre las obras expuestas figuran las del brasileño ya consagrado Rodrigo Braga, que participó en el proyecto piloto en 2013; la cubana Bianca Lee Vásquez, el italiano Fabián Albertini, el chileno Lorenzo Moya y el mozambiqueño Pedro Vaz.

La estadounidense Lisa Schonberg, que ha participado en tres ediciones del proyecto, presenta en Río de Janeiro un concierto de percusión con cinco composiciones que creó inspiradas en los sonidos de las hormigas de la Amazonía.

Schonberg descubrió con la ayuda de micrófonos de altísima sensibilidad que las hormigas emiten sonidos para comunicarse y, además del producto musical que compuso como resultado de sus residencias, está colaborando con científicos en una investigación sobre la comunicación de estos insectos.

Para los participantes, la experiencia es única y fuente no sólo de la obra resultante de la residencia sino de otros varios trabajos que aún desarrollan.

"Durante la inmersión establecemos un contacto directo con la naturaleza e intercambiamos con artistas y científicos. Durante 10 días, viviendo la realidad de la selva, desarrollé varios proyectos, algunos relacionados con el paisaje pero otros con las ideas de los científicos", dijo a Efe la pintora brasileña Renata Padovan.

"Con seguridad repetiría la experiencia porque la vivencia es muy intensa y no es posible absorber en tan poco tiempo todo el conocimiento pasado por los científicos y otros artistas. Fue un período muy rico y fértil", dijo por su parte la artista plástica brasileña Cláudia Tavares.