La fantasía del cómic regresa a Nueva York con la llegada de la Comic-Con

La feria más pop, la Comic-Con, ha tomado tierra este jueves en la ciudad de Gotham, sobrenombre de Nueva York, tras las obligadas ediciones virtuales por la covid-19, que habían impedido que los más fanáticos del género compartieran su pasión o sus disfraces con otros seguidores y con sus ídolos del papel y de la gran pantalla.

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Asistentes a la Comic-Co de Nueva York disfrutan el evento en el Centro de Convenciones Jacob K. Javits, de Nueva York, este 7 de octubre de 2021. EFE/Justin Lane

Gente de todos los estados del país, latinoamericanos, asiáticos, europeos y venidos de otros cuadrantes galácticos, acudieron ávidos por lucir sus vestimentas o ver, tocar y muchos de ellos comprar una muestra del infinito mundo de productos vinculados a la ficción que brilla entre las páginas del cómic y las novelas gráficas y se multiplica en videojuegos, cines y plataformas de películas.

Spiderman paseándose con el oscuro hombre araña, Ahsoka Tano (Star Wars) con una amiga arreglando su vestido, una amazona tejiendo, el Joker haciéndole una foto a un personaje de Star Treck con minifalda o dos humanoides Jawa (Star Wars) ojeando los puestos de venta de la feria es solo un pequeño resplandor de las imágenes que ofrece este salón que estará abierto en el centro de convenciones Javits hasta el domingo.

EMOCIÓN POR EL REGRESO

"En un cuadro general, (la cancelación de la Comic-Con el año pasado) no significa mucho, pero todos nos lo perdimos y es genial estar de regreso. Es muy divertido poder conocer a tanta gente de todo el mundo y que te tomen una foto 40.000 veces", asegura a Efe "Venom", el "Spiderman" negro que encarna Charles Allen.

Charles, que asegura que este es su cuarto año en la feria y que nunca repite disfraz, confiesa que lo que más echó de menos de la cancelación del salón del año pasado fue "la interacción entre las personas".

Vestida de personaje de cómic manga y con una mascarilla, como obligan los organizadores, que además exigen una prueba de vacunación, Lex insiste en que "hay un montón de diversión" en la feria y en que está "realmente encantada de volver" tras el parón.

"Me siento como si el mundo volviera a ser normal, yendo a ver cosas y a gente que no veía desde hacía mucho tiempo", aseguró esta fanática del "cosplay" o afición por disfrazarse de personajes de ficción, para quien esta es también su cuarta Comic-Con.

MÁS ALLÁ DE LOS DISFRACES

Más allá de los disfraces, el salón representa una oportunidad para comprar cómics, figuras de personajes de fantasía, novelas gráficas, cuadros y láminas de súper héroes, camisetas, peluches y, cómo no, espadas láser.

Pero además, actores y profesionales de la gran pantalla y la televisión hacen su aparición todos los años para, previo pago, firmar autógrafos o hacerse fotos con sus entregados seguidores.

Este jueves, entre otros, se pasearon por la feria George Takei, que se hizo famoso por su papel de Hikaru Sulu, timonel de la nave estelar "Enterprise", en la serie Star Trek, y el también veterano actor Edward James Olmos, que en los años 80 interpretó el papel del teniente Castillo, en la serie Miami Vice y, más recientemente, actuó como William Adama, comandante de la flota en Battlestar Galactica.

Entre los cientos de puestos que inundan las dos plantas que ocupa la feria, uno puede chocar con el de venta de réplica de cascos y algunas armas que regenta Jeremy Rowland, originario de Portland, Oregon, donde mantiene abierta su tienda.

Cascos de soldados imperiales, el del personaje principal de la serie el "Mandalorian" —su favorito— o el del videojuego de rol "Skyrim" están hechos de resina y cuelgan de la pared del puesto junto al escudo del Capitán América, hachas y espadas, que se pueden adquirir por entre 300 y 600 dólares, precios que también parecen de otra galaxia.

UNA FERIA EN CONTINUA EXPANSIÓN

Mike tiene una tienda de cómic y lleva más de dos décadas dedicadas al género. Hoy se va de la feria con un centenar de publicaciones que ha encontrado en uno de sus puestos.

"Soy un fan, un coleccionista y un vendedor, así que tengo que estar aquí", dice a Efe antes de explicar que cuando viene, siempre le gusta hablar con los autores, pedir autógrafos y buscar libros.

Comic-Con —explica— "se ha ido expandiendo de los cómics al video juego, al cosplay y a otros negocios; así que, cada vez se está haciendo más y más grande para gente que tiene distintos intereses", concluye.