La luz única de Sorolla ilumina Italia por primera vez

La primera exposición monográfica en Italia del artista español Joaquín Sorolla, reconocido internacionalmente por su inimitable forma de captar la luz, se abre hoy en el Palacio Real de Milán, donde se exponen más de 60 obras procedentes de los más importantes museos del mundo.

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Cedida por el Palacio Real de Milán

"Sorolla fue uno de los pocos pintores que se atrevió a pintar el sol de mediodía del levante español, una luz intensa que le concede esta particularidad que le ha hecho tan famoso", explicó a Efe una de las dos comisarias de la muestra, Consuelo Luca de Tena.

Titulada "Joaquín Sorolla. Pittore di luce" y abierta hasta el 26 de junio, la exposición servirá de preludio al año conmemorativo del fallecimiento del pintor (1863-1923), que se celebrará el próximo año y que quiere dar a conocer en todo el mundo la obra de este pintor impresionista que ya fue objeto de enorme admiración en su época.

UNA LUZ ÚNICA

A través de las más de 60 obras expuestas, en las que destacan paisajes, retratos y bocetos organizados gracias al asesoramiento de la bisnieta del pintor y especialista Blanca Pons-Sorolla, el público italiano podrá descubrir un artista que evolucionó, pero siempre "siendo coherente con su esencia, la luz", según la también comisaria y responsable del Departamento de Arte del Siglo XIX y Contemporáneo en los Museos Vaticanos, Micol Forti.

Aunque Sorolla exploró un gran abanico de temas, "su característica principal es que consiguió fundir cada objeto con la atmósfera", dijo a Efe Forti.

Fue esta técnica, junto a la luz que no solo plasmó, sino que dominó hasta hacerla suya con una técnica inimitable, lo que convirtió al pintor valenciano en todo un referente del impresionismo y el luminismo en Europa.

A pesar de que Sorolla estuvo muy vinculado a Italia, pues vivió temporadas en Asís y Roma y viajó varias veces a Venecia para participar en la Bienal, hasta ahora no se había realizado ninguna exposición sobre uno de los máximos representantes de la pintura ibérica moderna, a caballo entre en los siglos XIX y el XX.

La muestra, organizada por el Comune di Milano Cultura, Palazzo Reale y CMS Cultura recoge obras procedentes de la Fundación Museo Sorolla, la Hispanic Society of America de Nueva York, el Museo de Bellas Artes de Valencia, la Fundación Bancaja y la Galería Internacional de Arte Moderno de CaPesaro de Venecia, entre otros museos.

LA ESPAÑA DE 1890

Sorolla inició su carrera retratando la España de 1890 en una primera fase en la que "su pintura era más académica y su pincelada más pequeña" y en la que predominaron temas sociales como la pobreza, las enfermedades y la prostitución, explicó Forti.

"Trata de blancas" (1894), que aborda la prostitución desde la compasión y que fue tachada de indecorosa en su momento, es uno de sus mayores ejemplos y figura entre las obras de esta época de realismo social que pueden verse en la muestra.

El pintor daría el salto a la fama internacional en 1900 cuando se presentó a la Exposición Universal de París con su cuadro 'Triste Herencia', que retrata, "siempre con cariño", a unos niños enfermos de poliomielitis que se bañan en el mar.

"Este cuadro le mereció el Grand Prix en la Exposición Universal y es tanto el último cuadro de contexto social que hizo como el preludio a su etapa de cuadros sobre la playa", describió De Tena, que fue directora del Museo Sorolla.

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Cedida por el Palacio de Milán

LA ALEGRÍA DEL MAR

"Triste Herencia" daría inició a una fase en la que el mar se convirtió en el escenario principal de sus obras, protagonizadas por escenas de alegría y cotidianidad, con niños jugando y mujeres paseando en la playa.

La mayoría, protagonizados por la mujer y los hijos del pintor, así como amigos de la familia, permitieron a Sorolla jugar con los reflejos de la luz de mediodía en el agua y en la piel mojada, un estilo por el que se daría a conocer a nivel mundial y que le ganaría el sobrenombre de "el pintor de la luz".

"Tarde en la playa de Valencia" (1904), "María en la playa de Biarritz" (1906), "Idilio en el mar" (1908), "El balandrito" (1909) y "bajo el toldo en la playa de Zarautz" (1910) ya recogen esta técnica y pueden verse en Milán.

De los cuadros sobre el mar, Sorolla pasó a los jardines, donde se vería "su pintura más libre", como la define De Tena, así como escenas de costumbrismo y tradiciones españolas, como "Esposa lagarterana" (1912) .

Las comisarias esperan que la primera muestra de Sorolla en este país cautive al público italiano, que ahora podrá captar la intención poética del pintor: "expresar la verdad a través de la luz de sus cuadros", según Forti.

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Cedida por el Palacio de Milán