Directivos de Netflix, Filmin o Vodafone, productores y cineastas como Jaime Rosales, Ángeles González Sinde o Leticia Dolera han participado en el foro en el que han reflexionado sobre la "vertiginosa transformación" que ha experimentado el sector audiovisual en estos quince años.
Los datos dejan clara la eclosión del consumo -el 59.4 % de la población dispone de suscripciones a plataformas y hay 126 servicios de vídeo bajo demanda operativos en España- y su impacto positivo en el empleo en el sector, pero en el otro lado de la balanza está la pérdida de autonomía.
"Los europeos hemos perdido autonomía para generar contenidos, dependemos de despachos a miles de kilómetros", señaló Sinde, guionista, directora y exministra de Cultura (2009-2011), que impulsó la legislación antipiratería en España.
Sinde advirtió de que "la propiedad intelectual está cambiando de manos" debido a las prácticas de las grandes tecnológicas que "compran incluso los derechos que en Europa son legalmente irrenunciables".
Fernando Bovaira, productor de películas como "Mar adentro" (2004) o "Los otros" (2001), también apuntó el peligro de que las grandes plataformas repliquen lo que ocurrió con los estudios de Hollywood hace décadas, al imponer "un sistema cerrado que domina toda la cadena de valor", desde la producción a la exhibición.
"El hecho de que sean empresas que dominen todo el proceso puede hacer que los productores, guionistas y directores se tengan que someter a los algoritmos y a su autoridad porque es el único ecosistema", subrayó.
Sin embargo, para Diego Ávalos, vicepresidente de Contenido Original de Netflix en España, el supuesto poder del algoritmo es en realidad "el poder del consumidor", que es quien decide.
"La decisión de quien rige la cultura y el entretenimiento ha cambiado, si algo hecho para un mercado coreano de repente se ve en todo el mundo, es por el poder del consumidor, antes no existía esta posibilidad", manifestó.
Lucía Recalde, jefa de Unidad Europa Creativa MEDIA, de la Comisión Europea, un programa creado hace 30 años para apoyar la industria audiovisual independiente, señaló que Filmin es uno de los escasos ejemplos de éxito no solo en España sino en toda Europa.
En su opinión, los ingredientes de ese éxito han sido "la apuesta por contenido europeo de calidad", que les convierte en "embajadores de la diversidad cultural europea", una línea editorial "arriesgada, creativa y conectada con la actualidad" y en tercer lugar, su vocación empresarial clara.
"Hay que combinar cultura y negocio, esa es la receta del éxito", afirmó.