La Scala acogerá al primer bailarín del Bolshoi, que renunció por la guerra

El Teatro de La Scala de Milán anunció hoy la inclusión en su cuerpo de baile del italiano Jacopo Tissi, primer bailarín del Bolshoi de Moscú que renunció a su carrera en esa institución como protesta por la invasión rusa de Ucrania.

37170b684e78d7261f9ff08ad249a1176c452ae5miniw.jpg

Imagen del bailarín italiano Jacopo Tissi durante una representación de "La Bayadere" en el teatro de La Scala de Milán. Imagen cedida por el Teatro de La Scala.

Tissi, de 27 años y nacido en Landriano, en la región italiana de Lombardía (norte), anunció el pasado 3 de marzo su decisión de dejar de bailar en Moscú, donde había sido designado "étoile", primer bailarín.

"Estoy conmocionado por esta situación que nos ha golpeado de un día para otro y, honestamente, por ahora me siento imposibilitado a seguir mi carrera en Moscú (...) Ninguna guerra puede ser justificada, jamás", alegó en sus redes sociales.

Tras su salida de Rusia, la ópera milanesa, una de las más importantes del planeta, anunció que Tissi se integrará a su cuerpo de baile como "primer bailarín invitado" y participará en diversas producciones durante toda la temporada de danza.

Empezará ya en julio en el ballet de "Giselle" entre el 9 y el 16 del próximo julio.

Tissi regresará así a una institución que conoce bien, no solo porque se formó en sus tablas, sino también porque actuó en ella en varias ocasiones, la última el 28 de enero con "La bayadére" de Rudolf Nuréyev, el gran bailarín y disidente soviético.

El bailarín entró en la academia de baile de La Scala con 10 años y tras graduarse en 2014 "cum laude" pasó a formar parte del cuerpo de danza de la ópera de Viena.

En 2017 fue aceptado en el Bolshoi, bajo la guía de Alexander Vetrov, convirtiéndose en el primer italiano de la historia en integrarse en el teatro moscovita, y ya en su primera temporada debutó como solista en más de diez producciones.

Desde entonces ha pasado por los principales escenarios del planeta, tanto como bailarín clásico como moderno.

El pasado 28 de febrero, el teatro milanés prescindió del director ruso Valeri Guérguiev, responsable del Teatro Mariinski, por no condenar la invasión de Ucrania y días después el presidente ruso, Vladimir Putin, le propuso ponerse también al frente del Bolshói.