Lidia Brito: "La pandemia ha puesto en la mesa derecho a ciencia para todos"

Ingeniera forestal de formación, africana de nacimiento y latinoamericana por asimilación, la directora de Ciencias de la Unesco para América Latina y el Caribe, Lidia Brito, es "optimista" sobre "un mundo mejor" gracias a la educación, la ciencia y la cultura.

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En un año marcado por la covid-19 y en el que términos como coronavirus, vacuna o mascarilla forman parte de la cotidianidad, la mozambiqueña reivindica el derecho universal a la ciencia "participativa, integrada, transdisciplinaria y virada al desarrollo" para "una nueva ciudadanía posible".

Con motivo de los 75 años que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) cumple el 16 de noviembre, recibe a Efe en la sede que la institución tiene en Montevideo y resume: "Esta pandemia ha puesto este derecho en la mesa: necesitamos garantizar el derecho a la ciencia para todos".

CULTURA CIENTÍFICA

Fundada en 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, la Unesco persigue contribuir a la paz y a la seguridad mediante la educación, la ciencia y la cultura. Su sede central está en París y, desde 1949, cuenta con una Oficina Regional de Ciencias para América Latina y el Caribe, que dirige Brito desde 2014.

Ministra de Educación Superior, Ciencia y Tecnología entre 2000 y 2005 en Mozambique, además de otros cargos gestores relevantes en su país natal, la responsable regional de Ciencias de la Unesco resalta que la pandemia "reforzó esta interfaz entre ciencia, política y sociedad", por lo que deben estimularse "las inversiones en ciencia" para que haya "una cultura científica en la sociedad".

La Unesco, según Brito, "promueve un movimiento importantísimo para transformar la ciencia, que es la ciencia abierta", es decir, que las herramientas de trabajo y el capital humano "deben ser compartidos" a nivel regional y global.

Consciente de las desigualdades estructurales que existen en América Latina y el Caribe, recuerda que las políticas públicas deben diseñarse "en un ambiente más amplio que el propio país".

"No existimos solo como país, sino que formamos parte de una región y muchos de los retos que existen hoy para la humanidad son retos globales. Es preciso desarrollar esa ciudadanía global y lo hacemos tanto a nivel regional como a nivel global para que estos temas se puedan trabajar en varias escalas de política pública", afirma.

EDUCACIÓN E INTERNET

Este 2020, que elevó a citas desconocidas el teletrabajo en todo el mundo, también implementó la educación remota, lo que, de nuevo, destapó los desniveles existentes en la región -entre países, por un lado, y entre zonas urbanas y rurales, por otro- en cuanto a la conectividad y a los medios para estudiar en el hogar.

No obstante, Brito, quien insiste en que "esa es una cosa que se va a quedar", comenta que no solo hay que pensar en internet, sino que la Unesco ha apoyado el desarrollo de programas de radio o televisión donde no había otras tecnologías y, sobre todo, que tan importante como la conectividad es pensar en los contenidos.

"No es solamente una cuestión de acceso a internet, banda ancha o computador. Es cómo la usas también. Tenemos que conocer esas tecnologías suficientemente bien que te permita utilizarlas y producir cosas a partir de esas tecnologías. No ser solo consumidor, sino alguien que crea", resalta Brito.

En ese sentido, pone en el foco del debate a los docentes como actores de esas nuevas tecnologías y generadores de contenidos, al igual que los medios de comunicación y las redes sociales como "fuentes de diseminar información que es mala para la gente".

También resalta el "papel fundamental" de la educación en la infancia y, sobre todo, en "la familia" para corregir la inequidad de género, para "garantizar calidad, garantizar que las niñas no dejan la escuela, garantizar que también tienen roles, que pueden ver a otras mujeres jóvenes haciendo cosas y cambiando el mundo".

CULTURA ES IDENTIDAD

Sin duda, uno de los sectores más afectados por la covid-19 ha sido el cultural o, como Brito distingue, "la industria cultural".

"Cultura es identidad. Nos identificamos a partir de las raíces culturales que tenemos. América Latina y Caribe tiene algo que me apasiona como africana, porque compartimos eso: la diversidad cultural y la biodiversidad. Son continentes que juntan estas dos diversidades y, si lo pensamos, ambas se alimentan", argumenta.

La directora regional explica que la industria creativa "tiene un potencial enorme, pero es más allá de eso", ya que "respeta también de dónde viene esa cultura, de dónde viene ese conocimiento" ancestral y la armonía entre el hombre y su entorno natural.

E insiste en que "cultura no es solamente folclore", sino "identidad, progreso, desarrollo y, más que nada, tomarte el tiempo, el espacio, el lugar para ser uno mismo en tu propio espacio".

Esa autenticidad es lo que, en su opinión, América Latina y el Caribe deben ofrecer al mundo en los próximos años, si bien aún "tiene una deuda con los pueblos indígenas y afrodescendientes".

"Esta región tiene mucha creatividad y riqueza biológica y cultural que crea espacios de innovación. En ese sentido debería alimentar esa capacidad que tiene para mostrar al mundo que es posible el desarrollo sostenible, pero significa también la experiencia de luchar contra desigualdades estructurales que todavía existen. Y eso necesita mucho coraje y mucha ambición", explica.