Novela "Ya no quedan junglas adonde regresar" contiene crítica social

Con elementos de crítica social, el escritor y periodista de investigación, Carlos Augusto Casas, presentó hoy en la XXX edición de la Semana Negra de Gijón, en el norte de España, su primera novela "Ya no quedan junglas adonde regresar".

Al cumplir 30 años, saltando obstáculos, críticas y crisis financiera, los organizadores de esta edición de cine decidieron reunir a algunos de los más consagrados escritores, como Paco Taibo II, Juan Madrid y Rosa Montero, con las nuevas promesas.

Casas aseguró tener varias novelas en cajones, pero al fin logró su sueño de ver una editada: "Ya no quedan junglas adonde regresar", una historia que reposa en tres ejes: amor, violencia y venganza.

La novela ganó el VI Premio Wilkie Collins de Novela Negra y fue nominada al Premio "Pata Negra", como mejor novela de 2017. Está escrita con un estilo directo en el que priman los diálogos y los sorprendentes giros argumentales.

"Ya no quedan junglas adonde regresar" pretende romper los esquemas establecidos dentro del género negro gracias a una trama ajena a convencionalismos, unos personajes originales y profundos, completamente alejados de los clichés, y un ritmo trepidante para atrapar al lector.

Casas aseguró: "No quería que mi novela cayera en clichés del género ni que el protagonista fuera un periodista, un detective o un policía".

El periodista e investigador español ha realizado varios reportajes de prostitución, además su oficina se ubicaba muy cerca de la Gran Vía, por lo que cada día tenía que pasar por la calle Montera, sitio en el que por lo habitual las prostitutas trabajan.

"Ya había hecho muchos reportajes de prostitución, me di cuenta que los clientes que iban más pronto en la mañana eran ancianos y luego averigüe que no era por sexo, sino por hablar con alguna mujer", agregó.

"Me enfrenté a esa doble tristeza, la de tener que pagar para que alguien les escuche y la de mujeres prostitutas que son esclavas sexuales, que están ahí no por gusto, y que muchas veces tienen que pagar deudas inimaginables", sostuvo.

Casas enfatizó que "miles de personas pasan por la calle Montera, ven a las prostitutas y no se dan cuenta que la esclavitud está ahí en el centro de Madrid, unido a la soledad y a la tristeza de los ancianos, pero yo me di cuenta de que ese iba a ser el recorrido de esta novela".

Sobre el paralelismo que puede haber o no entre los escritores consagrados del género negro y los más jóvenes, Casas explicó que la única diferencia es la de haber vivido cerca de la dictadura o con reminiscencias de la Guerra Civil española, pero creo que hay más puntos en común que diferencias.

"Los puntos en común son el espíritu de denuncia social y la parte oscura de los personajes. Hay veces que tomarse la justicia por su mano es la única forma que la gente tiene de hacerse justicia", señaló.

En la novela un hombre anciano, apodado "El gentleman". espera semana tras semana la llegada del jueves. Es el día en el que verá a Olga, una joven prostituta que despliega sus encantos en la calle Montera, pero al viejo no le interesa el sexo.

Durante el tiempo que pasan juntos, ambos abandonan las pequeñas mezquindades de sus respectivas vidas para convertirse en otra mujer y otro hombre. Irreales y hermosos, como los sueños, pero un día Olga es brutalmente asesinada.

Cuatro abogados son los sospechosos de haber cometido el crimen y el viejo decide que ya está harto de que la vida le arrebate todo lo que ama. Ya no le queda nada, sólo la venganza.

Fuente: Notimex