El debate que necesitan los deportes de invierno: la diversidad racial

La ausencia de diversidad racial en los deportes de invierno no es nueva y tiene una primera explicación un tanto obvia: la cuestión geográfica. Pero hay más. La mayoría de modalidades requieren de un material que supone un coste económico elevado y, como sucede con todos los colectivos que buscan una presencia justa en la sociedad, entra en juego la falta de visibilidad.

Hace unos días Erin Jackson se convertía en la primera mujer negra en la historia en ganar una prueba individual en unos Juegos Olímpicos de Invierno al colgarse el oro en los 500 metros de patinaje de velocidad. Antes que ella solo doce personas negras habían logrado una medalla desde Chamonix 1924.

El motivo principal está avalado por la falta del clima en lugares como África, lo que impide generar una cultura en torno a los deportes de invierno similar a la de potencias mundiales como los nórdicos o Canadá y Estados Unidos. Pero, ¿qué sucede con la población negra de estos países?

Aquí entra en juego la cuestión económica por el elevado coste del material y esto, en países en los que la población racializada tiene más posibilidades de caer en la pobreza -según la ONU-, supone una barrera la hora de comenzar a practicar estas modalidades.

Además, como suele ser habitual, el problema de la falta de referentes en la élite de un deporte comienza desde la práctica amateur y es que el simple detalle de elegir modelos negros para promocionar actividades en la nieve puede marcar la diferencia.

Así lo intentan demostrar iniciativas como Mount Noire, creada en Gran Bretaña por cinco mujeres negras bajo el lema “Ponerle color a la montaña”, que proporciona experiencias de esquí y snowboard para todos los niveles con el objetivo de animar a la comunidad negra y a las minorías étnicas a probar estos deportes.

Algo similar a lo que desarrolla en Estados Unidos la Hermandad Nacional de Esquiadores (NBS por sus siglas en inglés), una organización sin ánimo de lucro, activa desde 1975, que da soporte a los esquiadores afroamericanos y que no ha parado de crecer desde su fundación.

Otro apunte es la importancia de la tradición familiar. El modelo de la estirpe de los Fernández-Ochoa es común en las disciplinas con más historia como el esquí y por ello resulta complejo acceder a la práctica sin haber crecido en el seno de una familia que ya se dedicara a la modalidad con anterioridad.

LOS PASOS DE ÁFRICA

Pese a que hay zonas como Marruecos o Tanzania en las que es habitual vivir entre montañas bañadas por un manto de nieve, la cultura general de estos países opta por otras modalidades deportivas. De igual manera, vuelve a entrar en juego la cuestión económica y es que la creación de infraestructuras para la práctica de estos deportes también exige elevados gastos económicos.

Así lo explica Cobus Rademeyer, natural de Sudáfrica y doctor en Ciencias Sociales centrado en el impacto del deporte durante el apartheid, que insiste en que la mayoría de los atletas que llegan a la élite es porque tienen lazos familiares con países del hemisferio norte.

Tras el hito de PyeongChang 2018 en el que participaron 8 países africanos, Pekín 2022 cuenta con la presencia de cinco países del continente: Eritrea, Ghana, Madagascar, Marruecos y Nigeria, representados por seis atletas que han competido en esquí alpino y esquí de fondo.

Estas cifras han sido posibles gracias a un sistema de cuotas que, si bien en esas modalidades se mantuvo, no sucedió lo mismo en las que dependen de la Federación Internacional de bobsleigh y skeleton.

Algo que tocó de cerca al atleta ghanés Akwasi Frimpong, que no ha podido participar en Pekín 2022 y que con el revuelo de su caso ha motivado unos comentarios del COI en los que asegura que se revisará el sistema de clasificación con el fin de obtener una representación más equilibrada entre los cinco continentes.

El director de Solidaridad Olímpica del COI, James Macleod, compareció en una rueda de prensa en la que no entró a valorar si era justa la representación de África, un continente que con 1.3 millones de habitantes.

Aunque incidió en que las competencias corresponden a las federaciones deportivas de cada modalidad, aseguró que una vez finalicen estos Juegos se estudiará el sistema de cara Milán 2026, pero siempre teniendo en cuenta garantizar “el equilibrio” entre el nivel deportivo y las cuotas.

Otra región infrarrepresentada pese al éxito de la historia "Elegidos para el triunfo" que narra la hazaña del equipo jamaicano de bobsleigh es el Caribe, con solo cinco países en Pekín: Jamaica, Puerto Rico, Haití, Trinidad y Tobago y las Islas Vírgenes.