Las corredoras completarán en ocho etapas algo más de 1,000 kilómetros entre la Torre Eiffel, que marcará la salida de la edición, y La Planche des Belles Filles, la ya mítica cima de los Vosgos que marcará la ganadora final.
En el trayecto cuatro etapas llanas, incluido una original travesía por caminos sin asfaltar entre los viñedos de la Champaña, dos accidentadas y dos de montaña, con una llegada en alto.
En cinco de las ocho etapas el pelotón efectuará un circuito en el tramo final, para atraer más la atención del público.
La carrera comenzará poco antes de la llegada del Tour masculino a los Campos Elíseos y compartirá meta con ellos, aunque a una hora más temprana.
"La idea es aprovechar el tirón mediático del Tour masculino para atraer la atención mediática sobre el femenino", indicó el director de ciclismo de la organización, Christian Prudhomme.
Dirigida por la excampeona de Francia Marion Rousse, un rostro popular por haber sido comentarista del Tour masculino en la televisión francesa durante años, la carrera espera asentarse en el panorama mediático.
"La idea es encontrar el equilibrio económico para que, algún día, podamos celebrar el centenario de esta prueba", señala Prudhomme, satisfecho con el número de patrocinadores que ha atraído la primera edición y expectante sobre la atención mediática que atraerá la prueba.
En una prueba de ocho días, algo más corta que el Giro femenino, el Tour tenía que apostar por un único macizo y, por su proximidad con París, eligieron el de los Vosgos, que vivirán la apoteosis final.
De camino al este, comenzarán con un recorrido plano y nervioso por las calles de París, entre la torre Eiffel y los Campos Elíseos, seguirán con 135 kilómetros planos entre Meaux y Provins.
Las primeras dificultades montañosas llegarán en la tercera etapa, el primer perfil accidentado en plena Champaña, entre Reims y Épernay, antes de afrontar entre Troyes y Bar-sur-Aube los tramos sin asfaltar.
Serán cuatro que totalizan casi 13 kilómetros en los últimos 60 de la etapa de 126.
Llana pero larga la quinta etapa, 175 kilómetros, 15 más de lo autorizado para una carrera femenina, por lo que han tenido que pedir un permiso especial a la Unión Ciclista Internacional (UCI).
El terreno accidentado volverá en la sexta jornada, con final en Rosheim y varias cotas en el trascurso, antesala de la alta montaña, que llegará con un clásico, el ascenso al Grand Ballon de Alsacia, 13,5 kilómetros al 6.7 % de desnivel aunque la meta estará en bajada a ocho kilómetros de la cima. Antes habrán tenido que superar el Petit Ballon (9.3 kilómetros al 8.1 %) y Platzerwasel (13.5 kilómetros al 6.7 %).
En total, más de 3,000 metros de desnivel como aperitivo de la etapa reina, con final en La Planche des Belles Filles, 7 kilómetros al 8.7 % de pendiente media, tras haber ascendido el Ballon de Alsacia, el primer puerto que subió el Tour en su historia.