Pozdniakov: "Putin estará en Pekín. El boicot olímpico es un sinsentido"

El presidente del Comité Olímpico Ruso (COR), Stanislav Pozdniakov, aseguró a Efe que el boicot olímpico “es un sinsentido”, mientras que el diplomático no tendrá “ninguna importancia” una vez arranquen el viernes los Juegos de Invierno de Pekín.

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El presidente del Comité Olímpico Ruso (COR), Stanislav Pozdniakov, durante la entrevista con EFE. EFE/ Ignacio Ortega

“Los boicots de los Juegos de Moscú 1980 y Los Ángeles 1984 son una historia muy triste, algo que reconocen ahora incluso los que lo organizaron”, dijo Pozdniakov durante una entrevista en la sede del COR en Moscú.

Pozdniakov recuerda que “muchos deportistas” sufrieron el boicot “en sus propias carnes”, ya que nunca pudieron ser olímpicos, “incluido el actual presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach”.

BOICOT OLÍMPICO, UN SINSENTIDO

“El movimiento olímpico extrajo lecciones de esa historia. Ahora, participar en los Juegos es una obligación para cualquier comité olímpico. El boicot deportivo es un sinsentido, ya que en los próximos ocho años la selección de ese país no podría participar”, destacó.

En su opinión, dicha medida es “un factor disuasorio muy importante para calmar los ánimos de algunos políticos”.

“En cuanto al boicot diplomático que algunos países intentan organizar contra China, desde el punto de vista deportivo está claro que no tiene ninguna importancia”, apuntó, en alusión a EEUU.

Subrayó que Rusia “no puede recibir con los brazos abiertos los intentos de ciertas personas de aprovechar la situación para sacar un rédito político”.

“Ese trasfondo exterior es creado, sea como sea, por políticos que quieren ganar puntos. Lamentablemente, en el mundo no quedan muchas cosas que estén al margen de la política. Pero eso no es deporte y nosotros estamos centrados exclusivamente en una agenda positiva”, resaltó.

Pozdniakov considera que “la cultura y el deporte son dos cosas que debemos promover independientemente de la coyuntura política”.

Y se muestra “convencido” de que, pese al ómicron, los Juegos de Pekín se celebrarán, ya que “la humanidad ha aprendido últimamente a tomar medidas anticovid” y China pondrá en práctica “las más estrictas y modernas”.

“La seguridad de deportistas y delegados se garantizará como es debido”, subrayó.

PUTIN, UN HONOR

La presencia de Putin, que ha efectuado dos únicos viajes al exterior desde el estallido de la pandemia en marzo de 2020, es la mejor demostración de la postura del Kremlin, que ha acusado abiertamente a EEUU de intentar politizar el deporte.

“Es un gran honor para todo nuestro equipo. El presidente es un símbolo inalienable del Estado, como la bandera o el himno”, explica el jefe del COR.

Pozdniakov lo ve como un “estímulo adicional” para los deportistas rusos que compitan en la capital china.

“Cada deportista estará feliz durante la ceremonia de inauguración al saber que su jefe de Estado está con el equipo”, señaló.

De hecho, considera que la ausencia de otros líderes mundiales será una "desventaja" para el resto de equipos.

“Y una ventaja para nosotros, ya que nuestro presidente sí estará”, indicó.

EL DEPORTE RUSO ESTÁ LIMPIO

El deporte ruso sabe lo que es sentirse marginado debido al dopaje de Estado. Pozdniakov asegura que Rusia ha aprendido la lección, en especial en materia de “transparencia” del sistema antidopaje.

“Resumiendo, no se puede pensar que tú eres más listo que todos los demás”, señala.

Insiste en que el deporte ruso “es absolutamente limpio” y que el dopaje no es un problema de “carácter nacional, sino mundial”.

“La lucha contra el dopaje en Rusia tiene lugar a todos los niveles”, subraya y alude a la “persecución penal” de los funcionarios que promueven el consumo de sustancias prohibidas.

Opina que la lucha contra dicho mal debe comenzar desde la escuela y enumera medidas como la asignación de dinero para coordinadores antidopaje en cada federación, además de destacar la cooperación fluida al respecto con el COI y la Agencia Mundial Antidopaje.

“Bajo mi punto de vista, el cambio en relación con el dopaje se siente de manera muy sensible. Pero entendemos que no es una cuestión de un día o un año de trabajo. No sólo se trata de hablar, sino de demostrar con hechos la lucha incondicional contra el dopaje. Nosotros hemos pasado esa página y miramos al futuro”, asegura.

UNA TREINTENA DE MEDALLAS

Entrando en su segundo año de sanción por dopaje, el equipo ruso, que arrasó en los Juegos de Sochi (2014) y bajó mucho sus prestaciones hace cuatro años con un equipo mermado por las suspensiones, aspira a volver la cima del medallero.

“Somos capaces de lograr unas 30 medallas, lo que sería un resultado muy bueno”, afirma.

A diferencia de Pyoeongchang, donde los deportistas rusos fueron “invitados” por el COI, ahora compiten al mismo nivel que los otros comités olímpicos, aunque sin himno ni bandera, y con música de Chaikovski.

“Esta vez nosotros hemos formado nuestro equipo olímpico. Incluye a los deportistas más fuertes en todas las disciplinas”, señala.

Pozdniakov repite que, por su carácter, “las dificultades hacen más fuertes a los rusos”.

“Los deportistas rusos no tienen que demostrar su limpieza ante nadie. Los Juegos son una competición entre atletas, no entre países”, asevera.