El ministro de Hacienda, Guido Mantega, dijo que “no cree que Argentina esté en ´default´, porque está pagando sus deudas”, y estimó que la situación actual es más bien un “impasse” temporal.
“Creo que ahora todavía hay margen de negociación”, dijo el ministro, en declaraciones a la prensa, en referencia al desacuerdo entre Argentina y los fondos especuladores la víspera, cuando cumplía el plazo para que el país sudamericano entrara técnicamente en una suspensión de pagos parcial.
Dijo que su país sigue “observando” la situación, y explicó que el gobierno prevé que “en un primer momento” el impacto para la economía brasileña sea “nulo”.
Sin embargo, las industrias exportadoras brasileñas llevan meses reportando retrocesos en las ventas a Argentina, en especial el sector del automóvil, como consecuencia de la crisis de la divisa argentina.
El comercio Brasil-Argentina cayó un 20 por ciento en el primer semestre de 2014 respecto al mismo período de 2013, y la balanza comercial se aleja este año del máximo histórico de 40 mil millones de dólares logrado en 2011.
Sectores como el del automóvil se vieron impactados por la imposición de cuotas para frenar la salida de dólares, provocando que Brasil, que vende a Argentina nueve de cada 10 autos que exportan al exterior, viera menguar su principal mercado internacional para sus autos.
En el sector de la maquinaria brasileña la caída de las ventas a Argentina en los primeros cinco meses fue del 23 por ciento respecto al mismo período de 2013, y las asociaciones industriales sectoriales prevén mayor impacto si se materializa la suspensión de pagos.