EE.UU. presenta un plan para renovar las tuberías de millones de hogares

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, presentó este jueves un plan para renovar las tuberías de diez millones de hogares y unas 400,000 escuelas y centros de cuidado infantil en Estados Unidos que están en riesgo de exposición al plomo en el agua que beben y utilizan diariamente.

Este programa, que forma parte de la ley de infraestructura aprobada en el Congreso de EE.UU. en noviembre, incluye más de 15 iniciativas de unas diez agencias federales diferentes que garantizan que el Gobierno "pueda reunir todos los recursos para avanzar rápidamente hacia la sustitución de todas los tuberías en la próxima década", según la Casa Blanca.

En una llamada con periodistas, varios altos funcionarios de la Administración aseguraron que este programa ha sido impulsado por Harris y el presidente estadounidense, Joe Biden, porque consideran que ningún niño ni familia "debería beber agua con plomo o que está expuesta al plomo" en las tuberías o grifos de sus casas.

"Debido al desarrollo desigual de infraestructura, las personas de bajos ingresos y las comunidades de color están desproporcionadamente expuestas a estos riesgos; algo que Biden y Harris creen que es inaceptable y debe cambiar", contó una de esas fuentes.

Entre otras medidas, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en sus siglas en inglés) asignará 3.000 millones de dólares en fondos de la Ley de Infraestructura Bipartidista a estados, tribus y territorios par el reemplazo de tuberías, poniendo especial foco en comunidades desatendidas.

Además, esta misma agencia lanzará un nuevo proceso regulatorio para proteger a estas comunidades del plomo en el agua que consumen de manera diaria.

También la EPA y el Departamento de Trabajo estadounidense colaborarán para establecer centros regionales de asistencia técnica para acelerar estas reparaciones e instalaciones de nuevas tuberías.

Biden firmó en noviembre el plan de infraestructuras por valor de 1,2 billones de dólares, que se convirtió así en ley y que supone uno de sus mayores éxitos a nivel nacional desde su llegada a la Casa Blanca.

La ley contempla 550.000 millones de dólares en nuevas inversiones en infraestructuras en los próximos cinco años, además de 65.000 millones de dólares para mejorar la banda ancha y 7.500 millones dólares para crear una red de estaciones de recarga de coches eléctricos, entre otras partidas.