El BCE observa que se ha reducido el fraude con tarjetas de crédito y débito

El Banco Central Europeo (BCE) observa que se ha reducido el fraude con tarjetas de crédito y débito en la zona del euro desde 2007 "gracias a los avances tecnológicos, que hacen las transferencias más seguras."

El BCE asegura en su segundo informe sobre fraude con tarjetas, publicado hoy, que "el fraude migra a países donde la tecnología está menos desarrollada".

Desde 2010 hasta 2011 se produjo una reducción en el valor del fraude, pese al aumento del uso de tarjetas en el Área Única de Pagos del Euro (SEPA por sus siglas en inglés), que comprende 32 países: la Unión Europea (UE), Islandia, Liechtenstein, Mónaco, Noruega, y Suiza y 516 millones de habitantes.

La cantidad defraudada en 2011 fue de 1,160 millones de euros, un 5.8 por ciento menos desde 2010.

El porcentaje de fraude como parte del total del valor de las transacciones ha caído al 0.036 por ciento en 2011, desde el 0.040 por ciento en 2010 y el 0.044 por ciento en 2007.

La cantidad defraudada ha bajado entre 2007 y 2011 un 7.6 por ciento, mientras que el número total de transacciones ha aumentado a un 10.3 por ciento, hasta 3.3 billones de euros anuales.

En 2011 el 56 por ciento de los fraudes se produjeron en pagos por correo, teléfono o internet, una tercera parte resultó de terminales de venta y una quinta parte de cajeros automáticos.

La mejora en la seguridad de las tarjetas y en la infraestructura de pago son la principal razón de la caída del fraude en los cajeros automáticos.

La mejora más significativa fue la adopción de un estándar de seguridad con chip, que es más seguro que las bandas magnéticas convencionales.

Por ello el fraude se ha mantenido en los países donde todavía no se ha implantado los chips.

En 2011 el 78 por ciento de los fraudes con tarjetas copiadas se produjeron fuera de los países SEPA, frente al 61 por ciento de 2010.

El fraude mediante pagos por correo, teléfono o internet se ha estabilizado pero sigue siendo la forma de fraude más generalizada con un valor absoluto de 655 millones de euros en 2011, que representa un 56 por ciento del total de fraude.

El segundo informe de fraude con tarjetas del BCE incluye información por países y revela que las tarjetas emitidas en Luxemburgo, Francia y el Reino Unido registraron las pérdidas por fraude más elevadas como proporción de las transacciones regulares.