El BCE quiere unificar los pagos con tarjeta en Europa

Tras la unificación de las transferencias bancarias y los pagos domiciliados, el Banco Central Europeo (BCE) aspira a uniformar también los pagos con tarjeta en la zona única de pagos en euros Sepa a fin de reducir los costes y armonizar los criterios regulatorios y técnicos, comunicó hoy la entidad.

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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.

Al mismo tiempo, los expertos del BCE ven gran potencial de crecimiento en los pagos con tarjetas en todos los países de Europa, especialmente en los de Europa central y del sur.

"El Sepa para tarjetas es el próximo paso lógico en la integración del mercado europeo del tráfico de pagos de escasa cuantía", señaló Yves Mersch, miembro del directorio del BCE, respaldando así una propuesta de la Unión Europea.

"Parece increíble, pero en la actualidad los consumidores y comerciantes, pero también los bancos y otros proveedores de servicios de pago se topan a la hora de ejecutar o aceptar pagos con tarjetas con obstáculos o diferencias geográficas que datan de las épocas anteriores a la introducción del euro", expresó.

Según cálculos del BCE, los costes de estas operaciones de pago en la UE ascienden a un uno por ciento de producto interior bruto (PIB) o unos 130,000 millones de euros (180,000 millones de dólares) al año.

"El fomento de servicios eficientes de pagos de escasa cuantía, que podrían reportar beneficios económicos concretos, es uno de los principales objetivos del BCE y de los bancos centrales nacionales del sistema del euro", sostuvo el BCE.

Al sistema Sepa ("Single Euro Payments Area") pertenecen además de los Estados de la UE Islandia, Liechtenstein, Mónaco, Noruega, San Marino y Suiza.

Los europeos utilizan las tarjetas como principal medio de pago y su potencial de crecimiento es superior al de las transferencias y los pagos domiciliados.

En el año 2000, el volumen de pagos con tarjeta, transferencias y pagos domiciliados era equilibrado, pero en 2012 se efectuaron 40,000 millones de pagos con tarjeta frente a 26,000 millones de transferencias y 23,000 millones de pagos domiciliados.

El potencial es enorme, especialmente en Europa central y del sur. "Mientras que los suecos realizan una media de 230 pagos con tarjeta al año, los búlgaros, rumanos y griegos lo hacen en menos de una décima parte", señala el banco. En Francia debería aumentar en un 72 por ciento el pago con tarjeta para llegar al nivel de los tres países líderes en este ámbito, Finlandia, Dinamarca y Suecia. (DPA)