En conjunto, el BCE quiere someter a examen los balances de 128 bancos de la eurozona para revisar un total de 3.72 billones de euros de activos ponderados por riesgo (RWA, por sus siglas en inglés) -que sirven de referencia para el cálculo de los niveles de solvencia- equivalentes al 58 por ciento del total. Dentro de los RWA se encuentran, por ejemplo, los créditos inmobiliarios.
Por entidad bancaria se revisarán una media de 1,250 de actas crediticias. Mientras, en los grandes bancos internacionales, como el Deutsche Bank, se prevé que este análisis sea notablemente superior.
El organismo presidido por Mario Draghi tiene previsto un análisis en tres pasos de los balances bancarios y cubrir eventuales agujeros de capital, antes de asumir el 4 de noviembre su papel como supervisor bancario de la eurozona. A partir de ese momento, el BCE vigilará directamente los bancos más importantes de los 18 Estados del euro, hasta ahora en manos de los las autoridades competentes nacionales.
El resultado de estos análisis se publicarán en octubre junto con el de las pruebas de estrés que llevará a cabo este verano junto con la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés). En ellas se simulará una crisis con una contracción de la economía y la caída de los precios inmobiliarios. (DPA)