La jornada de Frankfurt estuvo marcada por cierta apatía, aunque en positivo, reflejada por una subida del 0.65 por ciento respecto a la semana anterior.
Algunos analistas consideraban que en las próximas jornadas se saldrá de la atonía o sequía estival, a tenor de la confianza recuperada en los mercados tras el impulso reflejado por el crecimiento del PIB alemán.
El nubarrón sobre estas perspectivas viene de la crisis egipcia y sus repercusiones económicas que pueden comportar a escala global.