"Creo que tomará años transmitir ese mensaje de seguridad y que los empleados entiendan que la seguridad es más importante que la producción para que la cultura (empresarial) cambie", dijo en una audiencia ante legisladores.
Boeing atraviesa un delicado momento tras una serie de incidentes relacionados con graves problemas de calidad en sus aviones y una masiva huelga de trabajadores.
Whitaker explicó que debe haber un "cambio" en la empresa que enfrente dichos problemas de "control de calidad y de producción" y aseguró que el Gobierno está comprometido con apoyar a la compañía en este proceso.
Sin embargo, indicó, es un camino que tardará de "tres a cinco años".
Cerca de 33,000 trabajadores de Boeing están en huelga desde la semana pasada para reclamar una mejora de sus condiciones laborales.
La anterior huelga se remonta a 2008 y tuvo un seguimiento de más de 50 días que paralizó la producción y le costó a Boeing unos 100 millones de dólares al día, según recuerdan medios como The Wall Street Journal o Financial Times.
Los trabajadores iniciaron esta última protesta tras rechazar el acuerdo entre los sindicatos y el fabricante, que contemplaba un incremento general de los salarios del 25 % en cuatros años y que consideran insuficiente. Este lunes Boeing mejoró su oferta al 30 % y señaló que esa propuesta solo estará sobre la mesa hasta el jueves.
La semana pasada, el consejero delegado de Boeing, Robert 'Kelly' Ortberg, anunció que mientras dure la huelga la dirección de la empresa se reducirá el sueldo y se aplicarán despidos temporales a gran número de ejecutivos, jefes y otro personal para preservar la liquidez.