El IPC chino sigue bajando pero los precios mayoristas remontan en febrero

El principal indicador de la inflación minorista en China, el índice de precios al consumidor (IPC), cayó por segundo mes consecutivo en febrero mientras que el índice de precios a la producción (IPP), que mide la inflación mayorista, registró su marca más alta desde noviembre de 2018.

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Según datos oficiales publicados este miércoles por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el IPC bajó un 0.2 % en el segundo mes del año, mientras que el IPP se elevó un 1.7 % interanual.

El indicador de la inflación minorista mantiene así la tendencia tras la caída del 0.3 % de enero, aunque la bajada de los precios en febrero es menor que la pronosticada por los analistas, de entre un 0.3 % y un 0.4 %.

Pese a ello, la evolución del IPC sigue en mínimos desde hace más de una década después de que en noviembre último experimentase su primera contracción desde octubre de 2009 (-0.5 %).

El único mes de los últimos cuatro en el que el indicador ha crecido, diciembre, marcó la subida más exigua (+0.2 %) en ese mismo período de más de 11 años, batiendo la marca de octubre de 2020.

EL CERDO Y EL AÑO NUEVO LUNAR, LAS CLAVES

Los precios del cerdo, la carne más demandada en China, bajaron de nuevo en febrero (14.9 %) debido a la recuperación de la piara nacional tras la epidemia de peste porcina africana que mató a decenas de millones de cerdos en el país desde mediados de 2018, provocando graves problemas en su producción y una alta volatilidad en sus precios.

Esa carne subió durante 19 meses seguidos hasta registrar su primera bajada en octubre de 2020 y desde entonces ha marcado una línea descendente, aunque en el global del año pasado siguió elevándose casi un 50 %.

Otro de los factores que la ONE destaca en su informe es la caída del 28.2 % en los precios de los billetes de avión, motivada fundamentalmente por la ola de cancelaciones a última hora, el temor a los contagios y las restricciones a la movilidad previas al Año Nuevo lunar, principal festividad del año en China, que se celebró en febrero.

El hecho de que este año esa fiesta cayese en febrero y no en enero como el año pasado también influyó en la base comparativa, apunta Julian Evans-Pritchard, analista de la consultora Capital Economics.

CRUDO Y METALES IMPULSAN AL IPP

Por su parte, la marca de los precios mayoristas es la más alta desde noviembre de 2018 y confirma que el avance del 0.3 % registrado en enero no fue un espejismo, ya que se trataba del primero en doce meses.

Además, la comparación con el mes anterior arroja una subida del 0.8 % en el IPP, lo que confirma que el avance no se debe únicamente al efecto de base comparativa que provocaron los confinamientos en el mismo mes del año pasado.

La ONE explica el crecimiento con la tendencia alcista de los precios internacionales del petróleo y de las materias primas metálicas, apartado este último en el que también se habla de una mayor demanda a nivel nacional.

En el apartado energético, los precios en la industria de extracción de crudo y gas fueron un 7.5 % superiores a los de enero aunque todavía siguen un 6.4 % por debajo en la comparación interanual.

Por su parte, las industrias mineras sí denotan una mayor subida frente a febrero de 2020, con la de minado y preparado de metales ferrosos subiendo un 29.4 % y la de fundido y laminación de esos materiales, un 14.1 %.

"LA DEFLACIÓN NO PERSISTIRÁ"

Pese a la caída del IPC, Evans-Pritchard apunta que las presiones sobre los precios siguieron aumentando en febrero, por lo que descarta que este período deflacionario persista.

“Creemos que la inflación básica (que excluye los efectos de los precios de los alimentos y la energía, los de mayor volatilidad) probablemente subirá más en los próximos meses”, pronostica.

En su opinión, el avance de la base comparativa de los precios del cerdo -que fue decayendo a partir de julio de 2020- impulsará la inflación alimentaria, mientras que el endurecimiento del mercado laboral -con menos capacidad de contratación debido a la mejora de las cifras de empleo- hará lo propio con la básica.

Así pues, Capital Economics prevé una subida del IPC de en torno al 2 % a finales del segundo trimestre.

“Esto no debería alarmar al (Banco Popular de China, el banco central) BPC pero supondrá una reconfirmación de que han hecho lo correcto al centrarse en el control de los riesgos crediticios. Y, dado que los altos funcionarios han dejado entrever una línea más dura en las últimas semanas, pensamos que el BPC endurecerá sus políticas este año”, considera el analista.

La inflación creció en China un 2.5 % en 2020, año en el que Pekín elevó su meta al 3.5 % tras seis años marcándolo en el 3 %, cifra que ha recuperado para 2021 al considerar que el país ya ha superado la pandemia de la covid.