Eslovenia preside la UE con el reto de encauzar los planes de recuperación

Eslovenia asume este semestre la presidencia del Consejo de la Unión Europea con el desafío de aprobar los planes nacionales que permitirán inyectar miles de millones de euros a la economía del continente y de encauzar también el debate sobre la reforma de las reglas fiscales.

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El país, de dos millones de habitantes y dirigido por el Gobierno del populista de derechas Janez Jansa, se ha fijado como prioridad para los próximos seis meses la reconstrucción tras la pandemia de la covid-19, que pasa en primer lugar por que los 800,000 millones de euros del fondo de recuperación lleguen cuanto antes a unos estados que van retomando la actividad económica gracias a la vacunación.

La Comisión Europea ha aprobado ya 14 planes de reformas e inversiones, incluido el de España, que recibirá 69,500 millones en subvenciones, y el esloveno, por 2,505 millones; y los ministros de Economía y Finanzas prevén dar luz verde a los doce primeros en su reunión del 13 de julio.

Eslovenia, que hasta final de año fijará la agenda y liderará las reuniones ministeriales, convocará además un segundo consejo (Ecofin) el 26 de julio para aprobar el resto de planes avalados hasta entonces por la Comisión.

El ministro esloveno de Finanzas, Andrej Sircelj, confirmó el viernes que los países se ceñirán a la evaluación positiva del Ejecutivo comunitario.

"No espero ningún comentario sustantivo o fuertes reservas por parte de los estados miembros sobre los primeros doce planes de recuperación", dijo Sircelj en referencia a una tanda en la que entrará el plan español.

Con el visto bueno definitivo a sus planes, los países tienen derecho a un anticipo de su dotación, lo que obligaría a Bruselas a desembolsar casi 50,000 millones de euros para estos doce países.

De momento, la Comisión ha captado en el mercado 35,000 millones para el fondo y hará una transacción más antes de agosto. Pero si lo recaudado no alcanza para pagar a todos, tendría que hacer un prorrateo y entregar el resto del anticipo a partir de septiembre, cuando reabran los mercados financieros.

A partir de ahí, los desembolsos dependerán de que los estados vayan implementando sus planes en el calendario previsto, un cumplimiento que vigilarán de cerca la Comisión y las capitales y que podría influir también en el debate sobre la reforma de las normas fiscales, sobre todo si se tiene la impresión de que Bruselas levanta la mano ante incumplimientos.

REFORMA DE LAS REGLAS FISCALES

El Ejecutivo comunitario espera reanudar esta revisión en el último trimestre, pasadas las elecciones federales de septiembre en Alemania, actor clave de un debate que divide fuertemente a los países.

Estas reglas, que en general fijan límites a la deuda (60 % del PIB) y déficit (3 %) públicos, se suspendieron en 2020 para permitir una respuesta fiscal contundente ante la covid-19 y seguirán congeladas hasta 2023, pero algunos países, incluida España, abogan por modificarlas antes de reactivarlas.

Sircelj reconoció que durante su presidencia solo espera iniciar el debate general, pero no hablar ya de "cifras", y consideró que si al final de una "larga discusión" no hay consenso para actualizarlas, volverán a aplicarse tal cual están.

Eslovenia considera que las normas "deberían ir en dirección de la mayor estabilidad posible de las finanzas públicas", lo que "significa tener superávit y no déficit, una deuda lo más pequeña posible, y que la tasa de inflación esté en un rango realista", explicó.

Liubliana es partidaria, no obstante, de tener en cuenta las circunstancias específicas de cada país a la hora de pedirles abordar los altos niveles de deuda.

TASA DIGITAL

Por otra parte, Eslovenia quiere poner el acento en la transición digital y ecológica, también desde el punto de vista económico.

Uno de los temas cruciales y, a la vez, controvertidos que llegarán a su mesa será la propuesta para una tasa digital en la UE, que la Comisión Europea espera presentar este mismo mes si el G20 de Finanzas respalda la próxima semana el acuerdo alcanzado en la OCDE para una nueva fiscalidad de las multinacionales.

El debate, que la UE postergó dos años precisamente a la espera de este pacto internacional, se anuncia difícil puesto que tres miembros -Irlanda, Estonia y Hungría- no se han sumado al acuerdo suscrito por 130 de los 139 países que participan en el proceso de la OCDE y cualquier norma sobre tributación en la UE necesita el apoyo de todos sus socios.

"Tendremos que discutir sobre las ventajas y desventajas, así como las cosas que molestan a algunos países de la OCDE, e incorporar algunos de estos cambios", dijo Sircelj en una rueda de prensa.

AGENDA CLIMÁTICA

Eslovenia se encontrará además con una avalancha de propuestas en materia climática, muchas de corte económico, que la Comisión presentará este mes dentro de un paquete destinado a reducir un 55 % sus emisiones contaminantes para 2030, bautizado como "Fit for 55".

Entre ellas, destacan la revisión de la directiva de tributación de la energía, dirigida a eliminar el trato favorable a combustibles fósiles, o el nuevo mecanismo de ajuste de carbono en frontera, que gravará las importaciones de países con mayores emisiones para evitar que compitan con ventaja frente a los productores europeos, que deben seguir normas climáticas más estrictas.

A la mesa de los ministros de Economía y Finanzas llegarán también la propuesta para crear un estándar europeo para los bonos verdes, las nuevas normas contra el blanqueo de capitales, o las propuestas para el mercado de criptodivisas.

El ministro esloveno confió en que "no se limiten a los debates" y puedan alcanzar acuerdo en algunos dosieres.