La compañía con sede en Irving (Texas) facturó 132,716 millones de dólares, un 6.36 % menos que los 141,712 millones de dólares en ventas que obtuvo entre enero y junio del año pasado.
Por lo que respecta al segundo trimestre, al que más atención prestaban los mercados este viernes, los beneficios netos se redujeron en un 21 % hasta los 3,130 millones de dólares, comparado con los 3,950 millones en el mismo tramo del ejercicio previo.
La facturación fue de 69,091 millones, un 6 % menor interanual que los 73,501 millones que ingresó en el segundo trimestre de 2018.
No obstante, los resultados fueron mejores de lo esperado por los analistas, que habían rebajado sus expectativas debido a unos datos de la petrolera presentados el mes pasado más endebles de lo que anticipaban.
La producción de petróleo de Exxon Mobil aumentó un 7 %, con una producción de 3,9 millones de barriles de crudo diarios, y el volumen de gas natural se incrementó en un 5 %.
Según detalló la empresa, en su producción petrolera ("upstream") tuvo un impacto el hecho de que el precio medio de crudo fuera superior que en el primer trimestre, aunque el del gas natural cayó.
Además, la compañía constata que el volumen de gas natural negociado se debe a la menor demanda estacional en Europa.
"Nuestro nuevo desintegrador de vapor en la costa del golfo de EE.UU. está sobrepasando la capacidad de su diseño en un 10 %, menos que el año antes de que arrancara", indicó en un comunicado el consejero delegado de la petrolera, Darren Woods.
Por otro lado, la empresa señaló que se está reforzando con la adición, a cargo de su subsidiaria en Argentina, de unos 10,000 kilómetros cuadrados de extensión para su territorio en ese país, al ganar tres parcelas en la primera ronda de ofertas fuera de la costa.
Pese a superar las expectativas, las cuentas no fueron muy bien recibidas por los inversores de Wall Street, que atraviesa una mala jornada, y una hora tras la apertura de la sesión, los títulos de la petrolera caían un 1,60 % en el Dow Jones de Industriales.