El indicador, que excluye los alimentos frescos por su excesiva volatilidad, aumentó por su parte en mayo un 0.2 por ciento con respecto al mes de abril, cuando cayó un 0.4 por ciento interanual.
Los precios además se mantuvieron dentro de las estimaciones de los analistas del diario económico Nikkei, que esperaban un resultado cercano al cero por ciento interanual.
No obstante, el hecho de haber salido del terreno negativo se acerca a las previsiones del Banco de Japón, que prevé que los precios registren un dato positivo en junio con el objetivo de lograr un 2 por ciento de inflación sostenida en un periodo cercano a los dos años.
Los principales descensos interanuales de precios se produjeron en el sector de muebles y utensilios para el hogar, que retrocedió un 2.5 por ciento, y el de alimentación, que perdió un 1.5 por ciento con respecto a mayo de 2012.
Las subidas del IPC de mayo las lideró el sector de gastos de combustible, luz y gas, que se disparó un 4.6 por ciento, seguido por el mixto (0.6 por ciento) y los de educación y transporte, ambos con un 0.5 por ciento interanual.
En Tokio, donde el análisis corresponde al mes de junio, los precios subieron un 0.2 por ciento respecto al mismo mes del año anterior, mientras que se situaron en plano con relación al mes de mayo, según los datos del Ministerio del Interior.
Los precios en el área metropolitana de la capital se consideran un indicador avanzado de la evolución del IPC en todo el territorio de Japón.
Para poder acabar con la persistente deflación del país, que se prolonga desde hace más de 15 años, el BOJ, bajo los mandos del nuevo gobernador Haruhiko Kuroda, y el gobierno han impulsado un paquete de medidas agresivas de flexibilización monetaria y estímulo económico para revitalizar las finanzas del país.