La banca de EE.UU. está preparada para soportar una recesión grave, según la Fed

Las finanzas de los grandes bancos de Estados Unidos están lo suficientemente saneadas como para hacer frente a un escenario de recesión grave, aseguró este jueves la Reserva Federal (Fed).

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Vista de un letrero de JPMorgan en el parqué de la Bolsa de Nueva York, Estados Unidos.

El banco central estadounidense publicó un informe con los resultados de sus test de estrés anuales a la banca, según los cuales las 34 mayores entidades financieras del país podrían hacer frente a una caída económica severa.

La posibilidad de que la economía de EE.UU. entre en recesión es cada vez mayor, especialmente después de que la Fed empezara a decretar agresivas subidas de los tipos de interés para luchar contra la elevada inflación, una medida que puede ser efectiva para bajar los precios, pero puede también llevar a un freno de la actividad económica.

"Los bancos siguen teniendo niveles altos de capital, lo que les permitiría continuar prestando dinero a hogares y empresas durante una recesión severa", indicó el informe.

La Fed explicó que los 34 bancos evaluados permanecieron por encima de los requisitos de capital mínimo, pese a unas pérdidas hipotéticas totales de 612.000 millones de dólares en caso de una recesión severa.

En ese escenario, la ratio agregada de capital y acciones comunes, que provee un colchón extra ante posibles pérdidas, bajaría en 2,7 puntos porcentuales hasta un mínimo de 9,7 %.

Este 9,7 %, sin embargo, seguiría siendo más del doble del mínimo requerido, apuntó la Fed.

El escenario hipotético diseñado por el banco central este año fue más severo que el de 2021, e incluyó una recesión mundial con impactos sustanciales sobre los mercados de la vivienda y de deuda corporativa.

En este escenario, el desempleo subiría en 5,75 puntos porcentuales en EE.UU. hasta un total del 10 % y el Producto Interior Bruto (PIB) bajaría considerablemente.

Todos los bancos de EE.UU. con más de 100.000 millones de dólares en activos están sujetos a test de estrés bajo la Ley Dodd-Frank, con la que se hizo una reforma financiera en 2010 tras la crisis de 2007-2008.

Entre las entidades que se sometieron a estas pruebas están Bank of America Corporation, Barclays US LLC, Capital One Financial Corporation, Citigroup Inc., Credit Suisse Holdings (USA), The Goldman Sachs Group; HSBC North America Holdings, y JPMorgan Chase & Co.

La posibilidad de que EE.UU. entre en recesión es algo con lo que cada vez especulan más los economistas, aunque desde el Gobierno que preside Joe Biden aseguran que no es inevitable y desde la propia Fed reiteran una y otra vez que intentarán contener las subidas de precios afectando lo más mínimo a la actividad económica.

Este mismo jueves, en una comparecencia ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara Baja de EE.UU., el presidente de la Fed, Jerome Powell, no descartó que las subidas de los tipos de interés para reducir la inflación conlleven un aumento del desempleo.

"Existe el riesgo de que el desempleo suba, respecto a lo que ha sido un nivel bajo históricamente", indicó.

Pese a que el presidente del banco central estadounidense aseguró que "ciertamente es posible" mantener la inflación bajo control sin ocasionar una pérdida de empleo, puede que finalmente esto no ocurra.

A mediados de este mes, la Fed anunció una subida del tipo de interés oficial de 0,75 puntos, el mayor aumento en 28 años, y adelantó que muy probablemente en julio se produzca otro incremento de 0,75 o de 0,5 puntos para luchar contra la inflación.

Días antes se habían publicado los datos de la inflación en el país, que se disparó en mayo hasta su tasa más alta de los últimos 40 años, el 8,6 %, una nueva escalada de los precios de consumo empujada sobre todo por el fuerte encarecimiento de la energía.

En su comparecencia, Powell explicó que las subidas de los tipos "están diseñadas para reducir el crecimiento a un nivel que sea más sostenible", pero admitió que el banco central no tiene "herramientas precisas" y que esto podría generar una pérdida de puestos de trabajo.

En mayo, la economía estadounidense sumó 390.000 nuevos puestos de trabajo, bajando ligeramente de los más de 400.000 nuevos empleos que se venían creando cada mes durante el último año.

La tasa de desempleo se mantuvo el mes pasado en 3,6 %, lo mismo que en abril y en marzo, a pesar de que existían expectativas de que alcanzara por fin el 3,5 % de febrero de 2020, antes del comienzo de la crisis económica por la pandemia de covid-19 y que supuso un mínimo en más de 50 años.